Daniel Passarella respiró. Besó en la frente a su mimado Ariel Ortega, abrazó hasta hacerle doler los huesos al frágil Diego Buonanotte e incluso apeló a lo místico para explicar una victoria que le da tranquilidad.
"Dios se acordó de mi y ahora nos está ayudando. Fue mucho el tiempo en que no podía ganarle a Boca en mi anterior paso en el club. Ganábamos campeonatos y no ganábamos clásicos, y la gente se enojaba conmigo. Ahora ganamos clásicos y no campeonatos, e igual la gente esta mal conmigo", comentó con resignación.
El "Káiser" explicó que su satisfacción fue "por todos los hinchas de River" y dijo que el pueblo millonario se merecía "una alegría así, como ganarle tan claramente a Boca y alargar esta racha", que ya suma cinco partidos sin derrotas en torneos locales desde el Clausura 2005. Además, el último festejo 'xeneize' en El Monumental fue el 9 de noviembre de 2003, 2-0 con goles de Iarley y Delgado.
Para Passarella, el triunfo se apoyó en algunos cambios tácticos (como Leonardo Ponzio de lateral izquierdo) y sobresalientes actuaciones individuales como las del "Burrito" Ortega y Buonanotte.
"Nos jugamos una carta importante con Ponzio como lateral izquierdo. Me pareció el jugador ideal para cortar uno de los circuitos más grande de fútbol que tiene Boca por la derecha", precisó. Sobre el adolescente enganche, indicó que hizo "un gran trabajo" táctico e impuso su técnica. "Coloqué a Buonanotte para que jugara a las espaldas de Ibarra y le tapara la salida. Hizo un gran trabajo táctico e impuso su técnica, su claridad", remarcó.
Y a la hora de referirse al jujeño, se mostró contento no sólo por su actuación en la cancha, sino también por su recuperación del problema del alcoholismo. "Creo que Dios nos ayudó mucho en los momentos difíciles que tuvimos acá. Ariel esta muy bien. Verlo así con la familia, los chicos, me da mucho placer, felicidad. Me emociona mucho más todo eso que lo que jugó. Lo que jugó es la cereza encima de la torta. Viene creciendo. Esta pelea la estamos ganando, pero no hay que descuidarse", afirmó.
También se refirió a las chances de su equipo en este campeonato, que para él está abierto para cualquiera. "No está definido el campeonato porque todos los equipos son muy parejos. El tema es que hay que ganar tres partidos seguidos por lo menos. Va a ser peleado hasta el final, y hay que tratar de seguir trabajando pensando en el próximo partido", concluyó.
Su colega Miguel Angel Russo dijo que la expulsión de Ever Banega fue un golpe terminal para Boca y explicó por qué tuvo tan poco profundidad: "Con Rodrigo Palacio solo no se podía", clarificó
"Es difícil jugar con uno menos. El problema no es el que echan, sino los diez que quedan. La salida de Banega incidió, porque en el segundo tiempo se dio otro tipo de partido, ya que con Palacio solo arriba era difícil descontar", agregó. Si bien confió que se retiró de El Monumental "preocupado", también dijo que "hay que agachar la cabeza y seguir trabajando. Debemos seguir adelante", culminó.
Passarella también señaló que River se merecía "una victoria así".