La "Onda verde" de los hinchas irlandeses acaparó toda la atención antes del choque con Los Pumas, pero al final la fiesta fue de los argentinos, que desataron toda la euforia y la felicidad por la clasificación a los cuartos de final.
Casi 10.000 criollos llegados desde distintas ciudades francesas y de países vecinos se ubicaron las tribunas del Parque de los Príncipes y dieron rienda suelta a la alegría por la histórica 'paliza' a los irlandeses.
Al término del primer tiempo sólo se escuchaban los gritos "albicelestes", que desplegaron toda su inventiva y gracia a la hora de alentar.
El "Vamos, vamos, Argentina; vamos, vamos a ganar" y el "Maradooona, Maradooona", cuando Juan Martín Hernández tomaba el balón eran los cánticos más escuchados.
El delirio llegó cuando el árbitro neozelandés Paul Honiss dio por terminado el partido. Comenzaron a desplegarse los "trapos", volvieron los cantitos y la gran ovación a esos héroes dentro de la cancha que habían consumado una hazaña al ganarle el clásico a Irlanda y quedar primero en el denominado "grupo de la muerte".
Muy diferente fue el final para la "onda verde", donde hubo silencio total.