Es tan viejo como el automovilismo que los imponderables son moneda corriente en las pruebas y que se pueden generar demoras por diferentes motivos. Lo de ayer en el autódromo roquense sobrepasó todos los límites. Casi dos horas después de lo pautado terminó la programación en Roca.

Todo empezó mal de movida, cuando los ensayos comenzaron con algunos minutos de demora, lo que era un anticipo de lo que pasaría con el desarrollo de la programación.

Y la posibilidad de no cumplir con los horarios se terminó de confirmar cuando con el Supercar Pampeano cumplía su primera prueba, casi al mismo horario la Monomarca Gol tendría que haber disputado sus series.

Es cierto que en todas las pruebas hubo que sacar autos rotos, una tarea bastante complicada, pero también que se hizo una mala costumbre no respetar los horarios en las categorías regionales.

Hay que tener más respeto por los aficionados, también por los medios radiales que por otros compromisos se quedaron sin transmitir las finales. Y sino, después a no quejarse cuando el público no responde.