El neuquino Pablo Cacopardo se jugaba todo por una victoria en la Vuelta de la Manzana. Es más, era la prueba elegida para saldar una deuda en la flamante Súper R. Comenzó firme, pero sobre el final perdió terreno, si bien salvó el tercer puesto y se ilusiona con recuperar en la segunda etapa.
La victoria parcial quedó para el nuevo líder del certamen, el cordobés Nicolás Carlomagno, con uno de los autos del equipo huinculense GyG Motor Sport.
Precisamente, entre Carlomagno y Cacopardo estuvo la pelea en el primero de los tramos en el autódromo.
Después, a Cacopardo se le hizo complicado seguirle el ritmo. Encima, se pasó en dos frenajes en los tramos de Cervantes y Huergo perdiendo segundos valiosos que al final lo privaron del segundo lugar.
En una categoría tan pareja, el mínimo descuido se paga caro. Y los segundos que perdió Cacopardo le permitieron a Guillermo Albertengo y Fernando Scarlatta prenderse en la conversación.
La etapa la terminó ganando Carlomagno, con 21s de ventaja sobre Guillermo Albertengo, mientras que Cacopardo quedó tercero a 31s de la punta y Scarlatta a 37s 7/10.
La diferencia que tiene a favor Carlomagno es importante, hasta le permitirá regular el ritmo de la prueba, pero con caminos tan duros por recorrer no hay mucho margen para confiarse. Una goma rota puede cambiar todo.
Y lo saben bien tanto Guillermo Albertengo como Cacopardo, quien prometió ir por la revancha, y Scarlatta, los que saldrán a jugarse todo en busca de desbancar al líder, en una misión que aparece como complicada, aunque no es imposible.
De los otros regionales que encararon el desafío de la "Manzana", sólo se mantuvo Rubén López, ya que después abandonaron Carlos Valls, Favio Badillo y Jorge Benítez, quien se pegó promediando la etapa.
De los cuatro, los que debutaron en el Argentino, Badillo fue el que más se lució y hasta se dio el gusto de ganar el cuarto tramo, el más largo entre Chichinales y Regina.
Una lástima que se rompió la caja de velocidades de su Subaru. A pesar que se trabajó en la asistencia, no había otra para cambiarla. Y no aguantó la exigen cia, por lo que el cipoleño quedó masticando bronca. Una picardía, porque estaba en el ritmo de los de adelante.
Carlomagno llegó a Roca con la misión de saltar a la punta del certamen. Lo consiguió manejando con autoridad y ganando la primera etapa. Igual, todavía no puede festejar porque queda una etapa durí
sima por delante y sus rivales saldrán con todo en busca de cambiar la historia.