Inoxidable. El español Carlos Moyà sigue dando que hablar y ayer el que sufrió su jerarquía fue el rumano Andrei Pavel, al que derrotó en la arcilla de Umag (Croacia).
El carismático ex número uno no tuvo que transpirar demasiado, tampoco sacó a relucir lo mejor de su repertorio. Le bastó con no fallar y ser preciso para llevarse el juego en dos sets, 6-4, 6-2.
Umag es como la segunda casa del español de 30 años, que se llevó la mejor tajada de los 490 mil dólares que se entregaron en premios. Es que ayer sumó su quinto título en el polvo de ladrillo croata ('96, '01, '02, '03 y '07) y el vigésimo en el circuito. "Siento una conexión especial con este torneo", dijo Moyà, y los números lo ratifican: 43 partidos ganados y 8 perdidos.
Además se metió en una suerte de salón de la fama, ya que desde ayer figura en la lista de los 35 tenistas más ganadores de la historia.
Su rival no logró inquietarlo en ningún momento. En el primer set, Pavel planteó un poco más de lucha y salvó al menos siete set-points, y en el segundo el mallorquín quebró el saque a su rival en dos ocasiones.
"Llegué a Umag sin saber qué pasaría ante tantos buenos jugadores, y tuve una muy buena semana", culminó sonriente Moyà.