Miguel Albarracín se abrazó a la gloria continental al conquistar medalla de oro en yudo, hasta 60 kilogramos. Así metió la sexta medalla de oro para Argentina, en la primera cosecha de una jornada muy favorable.
El rosarino logró el éxito con una maniobra tan rápida como efectiva y cuando apenas se llevaban 32 segundos de combate. Albarracín, que había conquistado medalla de bronce en los anteriores Juegos del 2003 y había sido eliminado en cuartos en Atenas 2004 por el japonés Tadahiro Nomura, se deshizo en forma contundente del cubano Yasmani Piker.
Pero antes había hilvanado una serie de éxitos ante el dominicano Melvin Leocadio, el estadounidense Taraja Williams y el peruano Juan Postigos.
"Estoy feliz. Sabía que se me podía dar el triunfo y por suerte lo pude sorprender", expresó,
todavía entre lágrimas.
El yudoca también consiguió en el 2004 el título mundial en Rotterdam (Holanda) y mostraba un antecedente favorable frente al caribeño, ya que lo había vencido dos meses atrás en el Panamericano de Montreal (Canadá).
Albarracín, quien volvió a repetir un oro para la especialidad después del conseguido por Martín Ríos en Winnipeg 1999 (categoría semiligero hasta 66 kilos), reiteró los inconvenientes para dar el peso en la división. "Tengo problemas para dar el peso por mi contextura física. Por eso, las lágrimas del final y el desahogo cuando terminó
todo", explicó el rosarino.
La de Albarracín es una de las cuatro medallas que el yudo argentino obtuvo en estos Panamericanos (la única dorada).
Las otras tres fueron de bronce y para las chicas : la neuquina Lorena Briceño (en la categoría hasta 78 kilos venció a la estadounidense Marina Lambert), a la bonaerense Daniela Krukower (doblegó a la norteamericana Marti Malloy en 63) y Paula Pareto, quien ayer venció en el choque por el tercer puesto a la salvadoreña Zulema García, en hasta 48 kilogramos (ver aparte).
Albarracín venció al cubano Piker con una efectiva maniobra.