Sapere corrió desde atrás y ejecutó una obra perfecta. A lo largo de las 17 fechas del torneo Apertura estuvo siempre al acecho y en la jornada final dio el golpe, para obtener por primera vez en su historia el título de campeón en la Liga de Fútbol de Neuquén.
El partido de ayer ante San Patricio era un trámite y eso quedó reflejado en la cancha y el marcador. El 7 a 0 es una clara imagen de la diferencia que existe entre el mejor de esta parte de la temporada y el "colista" del fútbol federado neuquino, que sólo anotó 15 goles y sufrió 71 caídas.
El "tricolor" fue creado en 1988 y en casi 20 años no había podido gritar campeón. Lo logró en este 2007 con una campaña que no empezó bien (ver cuadro), pero con el correr de las jornadas, el equipo se fue ensamblando y terminó con la vuelta olímpica.
Hay que tener en cuenta que Sapere le ganó a los tres elencos con los que peleaba ayer el campeonato: a San Lorenzo, 3-1; a Independiente, 3-1 y a Petrolero, 3-2.
Se puede considerar las victorias ante el "Rojo" de la undécima fecha; y frente al "Naranja", en la 14 y en Plaza Huincul, fueron determinantes para obtener esta merecida coronación.
Ayer, pese a que le costó consolidar la diferencia, porque el 3-0 con que finalizó el primer tiempo se construyó con dos goles sobre el cierre de la etapa, fue el único equipo que estuvo en la cancha.
Sapere, más allá de los nervios por lo mucho en juego, hizo todo bien, fue el único que propuso en el juego y por eso la ventaja final, ante un adversario que se sabía no era medida.
El que abrió el arco rival ayer fue Ramiro García, el máximo artillero que tuvo el elenco del este capitalino a lo largo del campeonato, con 9 conquistas en total. Su compañero de ataque, Cristian Rojas, aportó 5; al igual que el arquero Nicolás Pacheco, habitual ejecutador de los penales.
La tarde fue tranquila en la cancha de Sapere, porque además no fue mucho el público que se acercó a ver el espectáculo. Quizás no le tenían fe a la escuadra o especulaban que Petrolero no dejaría escapar la chance en Plottier.
Los goles, a medida que iban llegando, se gritaban menos, porque toda la expectativa estaba en las noticias que se producían en el camping Nepen Hue.
Por eso a los 42 minutos, cuando se anunció la conquista de San Lorenzo, se escuchó la una ovación.
Ese gol dejaba a salvo el festejo del primer título en Lifune, que se concretó con la vuelta olímpica y la entrega del trofeo que distingue a Sapere, merecidamente, como el mejor.