"Existieron muchas casualidades que permitieron que ese hecho no termine en una tragedia. La verdad es que hubo bastante de azar y también una mínima previsión". El dirigente de Argentinos del Norte se refiere a que el juez de línea Ariel Maldonado "tuvo suerte" de que en el banco de suplentes local hubiese un enfermero jubilado y que el hospital está a pocas cuadras de la cancha.
La previsión no existe en la Confluencia y lo "azaroso" domina. Los incidentes y accidentes se suceden fecha tras fecha, pero la mayoría de los clubes hacen la vista gorda al problema. "Me sobran dedos de una mano para contar las instituciones que cuentan con asistencia médica", dice el directivo "carcelero" y no se olvida en aclarar que Argentinos es una de ellas.
El año pasado el ex jugador de San Pablo Martín Parra sufrió todas estas impericias en carne propia. En Obrero Dique chocó con un jugador local y perdió el conocimiento. No había ambulancia ni un médico que lo atendiera y la única salida para los desesperados cipoleños fue trasladarlo al hospital de Cinco Saltos, a unos 20 kilómetros.