Robinho alumbró a un Brasil oscuro que terminó goleando a Chile (3-0), todos convertidos por el crack del Real Madrid.
Brasil jugó un partido decepcionante desde lo colectivo, pero la genialidad del delantero del Real Madrid le alcanzó para borrar la amargura que había significado la derrota ante México (2-0) en el debut.
El partido fue jugado con mucha intensidad, a tal punto que cuatro jugadores debieron salir lesionados: Maicon y Elano, del lado de Brasil; y Meléndez y Riffo, del bando chileno.
Brasil no jugó un buen primer tiempo, pero al menos encontró el gol que parecía haber perdido hace un tiempo. En el arranque, al seleccionado de Dunga le costó mucho superar el bloqueo defensivo que impusieron los chilenos.
Sólo Robinho, volcado sobre la izquierda, parecía en condiciones de desequilibrar a los chilenos. Brasil volvía a ser un equipo incapaz de crear fútbol.
A los 34, Riffo cometió un penal apenas perceptible sobre Vagner Love, que Robinho convirtió con un suave remate a la izquierda de Bravo.
Volver a ganar
En el complemento, Chile intensificó su búsqueda del empate y Humberto Suazo, su jugador más peligroso, tuvo dos estupendas ocasiones para igualar el encuentro: un tiro libre y una gran acción personal que fue salvada en la línea por un defensor brasileño.
Cuando Brasil empezaba a sufrir para asegurarse el triunfo, se repitió la película del primer tiempo: Robinho volvió a marcar, y esta vez por partida doble.
A los 38, el delantero del Real Madrid marcó el segundo gol, con un suave disparo de derecha sobre la salida de Bravo. Y tres minutos más tarde, el mismo Robinho marcó el tercero, sentenciado su tarde extraordinaria.
Brasil no jugó bien, pero se recuperó de su derrota ante México. Y como tiene a Robinho en estado superlativo, vuelve a ser el gran candidato para ganar la Copa.
