Para Antonio Mohamed el ascenso es especial porque su familia es huracanense de pura cepa y uno de sus hijos, Faryd, murió hace un año en un accidente de tránsito en Alemania, a donde habían concurrido para presenciar el Mundial.
Por eso ni bien terminó el partido el Turco miró hacia el cielo y las lágrimas surgieron de lo más profundo de su ser. "Me siento orgulloso de mis jugadores, de este triunfo..., pero en estos momentos mis emociones están encontradas. Ahora que salió todo bien me es imposible separarme de todo lo que sufrimos para llegar hasta acá", fueron las palabras de un Mohamed emocionado hasta el temblor de sus miembros.
"Me pasa seguido, quedarme entre la memoria de mi viejo y de mi hijo. A veces no sé que pensar, pero cuando los necesité me dieron fuerza. Nos veía llorando a los dos en el Mundial, me acordaba de la final pasada... Después del gol de (Raúl) Gordillo me obnubilé con esas imágenes y perdí noción de lo que pasaba en la cancha", comentó entre lágrimas el DT de Huracán.