Javier Romera va a soñar con la caja de cambios de su Peugeot 406. El pasado sábado lo hizo renegar en la clasificación. Ayer lo dejó afuera de la cuarta final del certamen del Top Race V6 en Olavarría cuando el roquense estaba cumpliendo su mejor actuación en la categoría.
En la pista ganó Martín Ponte, quien después fue excluido por "irregularidades técnicas" y Diego Aventín se llevó la victoria.
El ingeniero Carlos Rivas explicó que "el amortiguador izquierdo del auto de Ponte tenía vacía la válvula del vástago. Por tal motivo se desarmó el amortiguador delantero derecho y se observó que la válvula de este estaba armada al revés. Dicha modificación no esta contemplada en el reglamento técnico de la categoría. Por lo cual quedó excluido".
Fue una prueba espectacular, con mucha emoción desde el principio hasta el último metro. En primer lugar, porque mientras se cumplía la sexta vuelta cuando se confirmó la desclasificación de los líderes Ernesto Bessone y José Ciantini por exceder el límite de velocidad en la largada.
Por ello, Ponte heredó la primera posición y tuvo que defenderla de los ataques de Emiliano Spataro, en primer lugar, y Aventín, en las últimas vueltas.
Spataro continúa en la punta del certamen con 106 puntos, seguido por Gabriel Ponce de León, 79, y Aventín, 78.
Romera anduvo bien en la prueba clasificatoria. Largó 36 y avanzó hasta el puesto 20.
El roquense no hizo nada del otro mundo. Le agarró la mano al "406" y sacó el mejor rendimiento del auto, lo que le permitía ilusionarse con sumar buenos puntos en la final.
La expectativa de terminar entre los diez se diluyó a poco de iniciada la final. Otra vez falló la caja de cambios y todo se derrumbó. Manterse en pista se convirtió en su objetivo, pero el auto no aguantó y el abandono fue inevitable.
Lo más positivo para Romera fue que achicó mucho la brecha con los de punta y que con el nuevo "407" su objetivo de meterse en el "top 10" de la categoría no es una misión imposible. Ese es el desafío que tiene por delante.