OLAVARRIA (Joaquín Peralta-Enviado especial).- La primera parte de la final rumbo al Argentino A tuvo de todo. Hubo goles, mucho clima, un expulsado y el resultado cambiante hasta último momento, aunque la alegría quedó del lado de Racing de Olavarría, que se adueñó del primer chico por 2-1 y obligó a Cipolletti a ganar por más de un gol en la revancha para lograr el ascenso directo.
El albinegro y sus 500 hinchas que llegaron hasta tierras bonaerenses se fueron masticando bronca porque si bien no logró desplegar el fútbol que había mostrado a lo largo del campeonato, pudo revertir la pálida imagen del primer tiempo en el que ya estaba con un jugador más por la expulsión de Linares (le aplicó un golpe de puño en el rostro a Larenas), estaba consiguiendo un punto de oro, pero en la última jugada se le esfumó todo el esfuerzo.
Con este resultado, el próximo domingo "Cipo" tiene que ganar. Si lo hace por un gol, el ascenso se definirá directamente desde los penales, pero si son más, el pasaje al Argentino A será realidad.
Aunque el partido fue de bajo nivel técnico, producto de la suma de las imprecisiones de los jugadores, el fuerte viento y el mal estado del campo de juego, hubo emociones varias.
En la primera aproximación Oscar Padua casi aprovecha las dudas del arquero Marcos Coronda y su defensa, pero el remate se le fue al lado del palo. Racing respondió con el peligroso Serfaty, que logró quedar mano a mano con Ruiz, pero el "1" albinegro, rápido de reflejos, la mandó al corner.
El partido estaba luchado en la mitad, cuando Leonardo Larenas trabó, se quedó protestando una supuesta retención de un adversario, apareció Linares, se llevó el baló y sacó un derechazo que se metió en el ángulo. Luego llegó la roja del propio volante, pero Cipolletti no supo aprovecharlo. De todas maneras no volvió a correr más riesgos en defensa.
Desde el arranque del epílogo se vio otro albinegro, que estuvo a punto de empatar, pero Padua no alcanzó a puntear un centro de Bruno Weisser.
Desde ahí Racing se replegó, "Cipo" se hizo dueño de la pelota, intentó siempre por abajo, y en una gran jugada, Weisser asestó la igualdad con una exquisita definición por encima de Coronda.
Los locales reaccionaron empujados por su gente y complicaron con las pelotas aéreas. Contaron con una decena de pelotas paradas y precisamente por esa vía encontraron la alegría del final. Ruiz sacó un incisivo tiro libre al segundo palo, pero allí estaba Tuker para empujar al gol en el tercer minuto de descuento.
Ya no había tiempo para nada más. Sólo para digerir la bronca y pensar en la revancha.
