Una montaña humana, donde no faltó el dueño del equipo Marcelo Tinelli, que saltó desde la platea cuando llegó el final, fue la primera manifestación del largo festejo de Bolívar en el Ruca Che. Después hubo espuma, vuelta olímpica con el trofeo y con la hinchada incluida -unas 400 personas-.
El entrenador Javier Weber se mostró "feliz" por su primera conquista en la Argentina y que "fue un partido durísimo, con todos los condimentos de una final".
Los experimentados Alejandro Spajic y Pablo Meana fueron protagonistas de un largo abrazo. El líbero, ya retirado de la selección nacional, casi no habló por la emoción, mientras que el central le dedicó la conquista "a los compañeros que no juegan tanto, a nuestras familias y a la gente de Bolívar que tanto nos apoya".
A su turno Tinelli afirmó estar "orgulloso de este grupo, porque Bolívar es un gran equipo, con grandes jugadores". Además, destacó al "público de Neuquén, por el marco que le dio a esta final".
El popular conductor televisivo fue un hincha más a la hora de los festejos y el encargado de darle a Camilo Soto el plato que acreditó a Gigantes como el subcampeón de la Liga Argentina 2006/07. (AN)