Qué más se le puede pedir a Federico Villagra. Nada, sólo que intente conseguir el apoyo que tantas veces le negaron para poder participar de un Mundial con un buen presupuesto. Ayer, después de una notable lucha con el japonés Toshihiro Arai, el "uno" de Subaru, alcanzó una épica conquista dentro del Grupo N-4 en el Rally de la República Argentina.
No hay dudas que el triunfo del "Coyote" volador adquiere mayor trascendencia por la forma en la que lo logró.
Primero, porque se sobrepuso a la rotura de un neumático en la segunda etapa del sábado; después, por ganarle la pulseada a Arai, y tercero, porque de todos los que pelearon en algún momento adelante es el único que se arma su propio auto.
Villagra comenzó la última etapa con apenas 2s 6/10 de ventaja sobre Arai y más de 18s sobre el finlandés Mika Hanninen. Conocedor como pocos de los tramos de Mina Clavero-Giulio Césare y El Cóndor-Copina, salió con el "cuchillo entre los dientes" a tratar de conservar la punta en el N-4, como se lo denomina en el Mundial.
Le hizo 7 segundos a Arai, parecía cosa juzgada. Pero el japonés, otro gran piloto, demostró que no es de los que se entregan fácil y por fue por la revancha, arriesgando aún más de la cuenta porque el segundo puesto aparecía como muy bueno para el Mundial. En El Cóndor-Copina le descontó 6 segundos al "Coyote" y se puso otra vez a tiro.
No le quedó otra a Villagra que jugarse el resto. En Mina Clavero le metió 5 segundos y en El Cóndor otros 3, llevando la diferencia a 11s 5/10 con sólo los 2.400 kilómetros del súper especial del estadio Córdoba por delante, que no depararía mayores sorpresas, salvo la ratificación del romance entre los aficionados cordobeses y el "Coyote", quien logró su segunda victoria consecutiva en esta clásica prueba mundialista.
¿Qué picardía, no? Unos tantos y otros tan poco, en cuanto a recursos. Sin dudas, Villagra demostró que es de exportación. Pero como en toda especialidad del deporte motor, lo que mandan son los números y en eso el cordobés perdió por lo que se tiene que conformar una vez por año con ganarle a los mejores del Mundial en su división.