Guillermo Cañas jugó bien, incluso mucho mejor que en la semifinal ante Agustín Calleri, pero se encontró con un fenómeno como Rafael Nadal que en polvo de ladrillo parece invencible. Ayer logró dos quiebres en el partido, para cerrar una clara victoria por 6-3 y 6-4 en la final del torneo Conde de Godó, en Barcelona.
Nada que hacer. Esa fue la sensación con que terminó Cañas, después de enfrentar a un fenómeno como Nadal.
La paridad dominó el comienzo del primer set. Pero llegó un quiebre en favor de Nadal y a partir de ese momento se fue encaminando el destino del partido.
No obstante, Cañas nunca perdió la calma y mantuvo a rajatabla su plan de juego. Que-ría jugar puntos cortos, pero en realidad pudo hacerlo pocas veces. Por momentos le dio dolores de cabeza al español, quien hace una semana conquistó su tercer título consecutivo en el torneo de Montecarlo.
Ayer repitió la historia, al adjudicarse también por tercer año seguido el torneo de Barcelona.
En el segundo set la historia fue parecida. Nadal consiguió otro quiebre y en se encaminó hacia la victoria, aunque el argentino no se quedó con los brazos cruzados, apretó los dientes y peleó hasta el final.
Nadal quedó 3 a 0 en el historial contra Cañas. Dos en 2005 y el de ayer en Barcelona, donde ambos se llevaron una intensa ovación.
El argentino buscaba conseguir su segundo título en el año. Ya había ganado en hace dos meses en Costa do Sauípe.
Pero eso no fue lo mejor, ya que llegó a la final del Masters Series de Miami y, como si fuera poco, en este 2007 todos dos triunfos seguidos sobre el suizo Roger Federer, el número uno del mundo.
"Felicidades a 'Rafa' por esta temporada, y por la anterior... y por la próxima que vendrá", reconoció 'Willy', después que Nadal lograra su vigésimo título profesional, el tricampeonato en Barcelona y alargara a 72 las victorias consecutivas sobre polvo de ladrillo. Un verdadero fenómeno.