¿Cuál es la fórmula para ser un ídolo de Boca? Nadie la ha escrito aún, pero Guillermo Barros Schelotto la conoce. Se trata de una combinación de triunfos, goles y fidelidad a la camiseta con eso que no se ve ni se toca, pero que futbolistas como él generan en el hincha. Porque no sólo se trata de jugar bien y ser exitoso. que un ángel lo sobrevuele siempre, como a Guillermo.
Ayer, el delantero caminó sobre el césped de La Bombonera por última vez como jugador de Boca, antes de partir a Estados Unidos para calzarse camiseta del extraño Columbus Crew. Llegó vestido con un pantalón de jean y una campera azul al estadio y en los cien metros hasta la cancha y la zona de vestuarios firmó decenas de autógrafos y aceptó sacarse fotos con todos.
En el vestuario saludó uno por uno a sus ex compañeros y luego ingresó a la cancha de La Bombonera. Tras recibir un reloj y una plaqueta de parte de los dirigentes de Boca, el jugador se dirigió al público y les agradeció el cariño que le habían brindado desde su llegada al club.
En el palco que tiene Diego Maradona de por vida, la familia del legendario jugador colocó una bandera dedicada a Guillermo. Con un nudo en la garganta, una vez que le entregaron un micrófono Barros Schelotto logró decir: "Fueron diez años bárbaros en los que pude concretar todo lo que soñé". "Sé que no me van a olvidar y yo tampoco me olvidaré de ustedes"
Cuando terminó de hablar, Barros Schelotto se sacó la campera y mostró la camiseta de Boca que llevaba debajo, con el número 7 en la espalda, y dio una vuelta olímpica.
El jugador se fue de Boca tras diez años de permanencia en el club, al que había llegado desde Gimnasia La Plata y tras un insistente pedido de Maradona.
300 partidos, 86 goles y el récord de 15 títulos ganados después, el futbolista más ganador de la historia Xeneize se fue, pero un pedazo de su corazón siempre permanecerá en cualquier rincón boquense hasta que llegué el tiempo del retorno. Porque, como coreó la hinchada azul y oro. "Guillermo va a volver..."