River tuvo una tarde para olvidar, volvió a decepcionar con su juego, entonces Gimnasia de Jujuy se animó y logró una enorme victoria por 1-0.
El equipo de Daniel Passarella arrancó el partido para ilusionar a sus hinchas, pero a medida que pasaron los minutos su juego ofensivo se fue diluyendo.
El problema que tuvo el 'millonario' fue por el costado derecho de su ataque, ya que Diego Galván y Paulo Ferrari se superponían y se chocaban continuamente. Los jujeños esperaron al local y en el último tramo del primer tiempo logró aproximarse al arco de Carrizo.
En los primeros diez minutos, River elaboró sus dos jugadas más importantes del capítulo inicial. A los 2, Ernesto Farías envió un centro al área y lo tomó Galván, quien se demoró en la definición y posibilitó que el defensor Mauricio Almada despejara en la línea. Cinco minutos más tarde, Farías controló en la puerta del área un envío de Galván y sacó un potente disparo que provocó una destacada intervención de Valdiviezo.
Al no poder convertir River se fue desinflando y Gimnasia, con el buen trabajo de sus cinco volantes, manejó el medio y llevó el partido lejos del arco de Valdiviezo. Gimnasia no fue peligroso, pero con pelotas paradas sembró de dudas al fondo 'millonario' y terminó mejor el primer.
El complemento comenzó de la misma manera que el primer período. River decidido a salir a buscar el gol y los jujeños cada vez más tirados atrás. Galván era el hombre más importante del local
por sus escaladas por la derecha, pero Passarella decidió reemplazarlo por Ariel Ortega y en ese momento River perdió sorpresa.
El visitante estaba cada vez más pegado a su arquero y casi ni atacaba. Pero, a los 34, salió un pase largo desde la defensa al ingresado Turdó, quien corrió el balón por el medio de los centrales riverplatenses, Nelson Rivas y Federico Lussenhoff, y a la carrera remató al palo izquierdo de Carrizo.
River sembró más dudas que certezas de cara al futuro y cayó por segunda vez en el torneo ante un equipo que venía a llevarse un punto y terminó logrando una victoria sorpresiva, pero merecida al fin.
