A Javier Romera no se le olvidará fácil su debut en el Top Race V6. Desde que se subió por primera vez a su auto hasta la final de ayer pasó por diferentes situaciones en Paraná. Como se esperaba, fue de menor a mayor y en la final llegó a estar decimoquinto, hasta que un trompo lo mandó al vigésimo lugar.

Romera comenzó ayer tan complicado como estuvo en los ensayos y la clasificación, por lo que mantenerse en pista fue su objetivo.

En la prueba clasificatoria, al roquense lo embocaron, pegando contra el paredón de contención y dañando la suspensión delantera del Peugeot 406. Parecía que se terminaba todo.

El Gama Sport Team trabajó contrarreloj y terminó el auto justo cuando se cerraba la salida de boxes, por lo que Romera largó último.

La final fue otra historia. Romera evitó los golpes y apostó a un ritmo, tratando de acumular la mayor experiencia posible.

Poco a poco, entre los que abandonaron y a los que fue superando, avanzó en la clasificación. Promediando la final se juntó con su compañero de equipo Patricio Di Palma y aparecieron los mejores tiempos de Romera, llegando a meterse decimoquinto, con parciales muy interesantes, a pesar que su auto iba muy bien en lo trabado y lento en lo derecho.

Todo hacía pensar que Romera terminaría entre los quince, pero a dos vueltas del final la cola del 406 lo pasó en el ingreso a la recta y terminó desparramándose, lo que lo llevó a perder varias posiciones y finalizar vigésimo una prueba muy emotiva, que tuvo como sorpresivo ganador a Nicolás Filiberti, escoltado por Gabriel Ponce de León y Daniel Cingolani.