¿Negocio? Quizá sí, quizá no. Lo cierto es que Cipolletti mantuvo el invicto de 12 partidos y sumó un punto importante en Comodoro Rivadavia, aunque no logró ganarle a Huracán en su cancha, una misión que no cumple desde 1979.
Además, ya clasificado, el albinegro demostró nuevamente que sabe sobreponerse a las adversidades y, por sobre todas las cosas, que el temprano pase de ronda no lo aburguesó.
La primera parte fue extraña, porque Cipo manejó mucho mejor el balón, pero el 'Globo' hizo más daño. Las intensas ráfagas de viento fueron determinantes, y los disparos de larga distancia contra el arco albinegro arreciaron. El local casi salió de los vestuarios en ventaja. La apertura del marcador llegó desde unos 50 metros, mediante un disparo del lateral Ocampo que dibujó una extraña parábola y dejó clavado a Raúl Ruiz.
Tal vez Ruiz tuvo algo de responsabilidad en el gol (con viento y sol en contra), pero después fue el gran responsable de Huracán no aumentara. A los 15, el '1' le ahogó el grito a Esteban López, y a los 18 hizo replay con una volada magnífica.
El equipo de Perilli siempre jugó mejor, intentando hacerlo con la pelota a ras del suelo y buscando las mejores opciones. A los 40 tuvo la igualdad, pero Andina Silva le cerró el arco a Cid y Weisser.
En la segunda parte el puntero arrinconó a su rival, aunque con viento a favor evidenció menos juego. Apenas se había movido el cronómetro cuando Ruiz volvió a ser protagonista al atajarle un penal a su colega Andina Silva. Cipolletti buscó por todas las vías, sin claridad pero con mucha insistencia. Así llegó al empate a los 26, que lo convirtió Oscar Padua después de tres fechas sin marcar.
Lo dijo Perilli en el final: el 'albinegro' no supo aprovechar el viento a favor. Igual, sumó afuera y mantuvo el invicto.