Leo Messi, ausente tres meses de los terrenos de juego, ofreció el sábado frente al Real Madrid un gran partido, un mes exacto después de su vuelta, en el que mostró su calidad y todo lo que puede aportar a un Barça líder de la Liga.
"Messi nos ha salvado", explicaba sin tapujos su entrenador, Frank Rijkaard. "Marcó un gol esencial para nosotros. Es un partido muy especial para él y me alegro por él", añadió tras el empate 3-3 arrancado al Real Madrid en el último minuto del clásico más disputado y dinámico de los últimos años.
"Ha sido un partido especial", afirmaba, por su parte, Messi, quien aún no ha cumplido 20 años. "Tuve muchos ocasiones, muchos pases y al final salió". "No había jugado nunca contra el Madrid en el Camp Nou y en mi primer clásico he marcado tres goles. No ha estado mal, no lo había soñado nunca", dijo con la voz apenas audible.
El joven delantero dedicó sus tantos a un tío en Argentina, levantándose la camiseta azulgrana y mostrando una interior en la que se podía leer 'Fuerza tío'. "Es un tío que tengo en Argentina que está pasando un mal momento", afirmó tras el partido el joven delantero explicando que su familiar acababa de perder a su padre.
Messi estuvo tres meses alejado de los terrenos de juego por una fractura del pie izquierdo en noviembre hasta volver a ser convocado por Rijkaard el 10 de febrero. Al igual que hizo en su debut -en octubre de 2004-, el técnico holandés ha medido perfectamente los tiempos de juego de su joven delantero. Resultado: Messi no ha forzado su vuelta y al recuperar su forma física, ha podido mostrar todo su potencial en un momento decisivo para el Barça.
"Ojalá pueda marcar un gol contra el Madrid. Sería fantástico, la mejor forma de olvidar la lesión", había dicho en una entrevista al diario El País, el mismo día del clásico. Unas horas después haría tres goles para terminar de recibirse de crack.