Los barrabravas de River involucrados en los incidentes del 10 de febrero, ante Lanús, se acercaron ayer hasta la cancha de Vélez, pero no ingresaron a presenciar el encuentro con Racing.
Unos 800 policías estuvieron abocados a la seguridad del clásico y cumplieron eficazmente con su cometido, ya que no se provocaron desmanes ni hubo barras en Liniers.
Los que se presentarán en las inmediaciones fue-ron los que responden al mando de Adrián Rousseau, uno de los seis socios expulsados por River .
Pero como los hinchas "millonarios" tenían que superar dos cacheos y además la policía contaba con listados que los identificaban, prefirieron mantenerse a unas diez cuadras.
En Vélez se aplicó el derecho de admisión y esta vez fue productivo. La prueba más clara de ello fue que se vieron muchos claros en la popular local.