El horario de comienzo del clásico sorprendió a más de uno. Jugar a las 16:30 en pleno verano es casi inhumano.
Ayer el termómetro en el campo de juego superaba los 35ºC y por momentos a los jugadores se les hizo muy difícil mantener el ritmo con semejante temperatura.
Las mangueras de los bomberos arrojando agua hacia las tribunas donde el sol caía impiadosamente, ayudó a los hinchas a sobrellevar la espera.
El intenso calor y seguramente también los antecedentes violentos sucedidos en el último enfrentamiento entre naranjas y albinegros, fueron factores que atentaron para que el estadio presentara algunos claros. Si bien fueron muchos los simpatizantes que se acercaron hasta el barrio Quintu Panal, el número fue menor al alcanzado en la primera fecha de la segunda rueda del Apertura.
" Piedras, a pesar de todo. El estadio "Luis Maiolino"presentó una renovada escenografía, algunas pensadas para una mayor seguridad de los protagonistas.
La dirigencia del "Depo" adquirió una manga para permitir el acceso y la salida de los jugadores hacia los vestuarios sin inconvenientes y colocó alambrados para dividir la cabecera local de ese sector. Sin embargo, todas las previsiones no alcanzaron. Cuando finalizó el encuentro, volaron algunas piedras hacia los jugadores albinegros, que no pudieron abandonar el campo con comodidad.
Uno de los proyectiles impactó en la cabeza del dirigente local Antonio Martínez, quien sufrió un corte a la altura de la ceja.