Se sabe, los patios de las capillas fueron lugares donde se fundaron grandes clubes de fútbol. También es conocida la afición de muchos curas por este deporte. Tanto, que al secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, propuso públicamente hace unas semanas: "No excluyo que el Vaticano pueda presentar en el futuro un equipo de 'calcio' de grandísimo valor".

Quizás, advertido por Benedicto XVI y a partir del suceso que causó su comentario, el purpurado volvió sobre sus dichos: "Nadie tiene la intención de crear una verdadera escuadra vaticana. No ha sido considerado por la Santa Sede, es imposible", reconoció 24 horas después, el número 2 del Papa.

La idea de Bertone, de 72 años y confeso hincha de Boca, apenas se hizo pública, llegó a la UEFA, que, como casi todo el mundo, se tomó el asunto en serio. La Unión Europea de fútbol dijo que "si el Vaticano cumple los trámites podría competir en la clasificación para la Eurocopa de 2012". Demasiado lejos había llegado todo y Bertone lo advirtió, pero sus palabras nunca terminan de cerrar del todo la puerta vaticana al fútbol.

Si bien le dieron asidero al asunto, las cosas no son nada sencillas. Su selección tendría que estar formada en su totalidad por jugadores oriundos del Vaticano. Difícil para un estado que apenas ocupa apenas medio kilómetro cuadrado y menos de mil habitantes.

En verdad, el fútbol no está ausente del Vaticano. Desde 1972 tiene su propia liga de fútbol sala en la cual compiten 17 equipos, incluido uno de Radio Vaticano, otro del coro de la Capilla Sixtina, y otro del ejercito personal del Papa, la Guardia Suiza.

Por último, nadie le preguntó a Bertone cuáles serían los colores de la camiseta vaticana. Quizás porque son obvios. ¿Qué otros que el amarillo y blanco, los de la bandera de la Santa Sede? Pues bien, esa divisa tiene un antecedente en Cipolletti. Hace veinte años, el colegio religioso Nuestra Señora de Fátima decidió participar del torneo Intercolegial de fútbol de la ciudad. Al momento de decidirse por la camiseta, a alguien se le ocurrió que podría ser blanca con una franja horizontal amarilla a la altura del pecho. Todos estuvieron de acuerdo. A los muchachos de Fátima no les fue del todo bien. Ganaron el primer partido, pero fueron eliminados, curiosamente, por un colegio de San Pablo...

JUAN MOCCIARO

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