Esta vez no hubo golpes en la pista, si una verdadera batalla entre dos pilotos que dejaron todo en busca del mismo objetivo. El autódromo roquense fue escenario de una definición memorable del TC Neuquino, donde Nicolás Cáceres se llevó el título. Le ganó la pulseada a Tomini y festeja la hinchada de Chevrolet.
Después de la agitada prueba del pasado sábado, donde Tomini no solo recortó la diferencia con Cáceres, sino que saltó a la punta, se esperaba un cierre de certamen muy caliente.
Los dos principales candidatos al título se jugaron todo, pero esta vez sin presencia de terceros y con derroche de manejo en lugar de los golpes.
Las series no hicieron más que acrecentar la expectativa por la definición del título. En la primera fue segundo Tomini y en la segunda ganó Cáceres, recortando a un punto y medio la diferencia en el certamen.
Las cuentas estaban claras en la final. El que terminaba adelante era el campeón. Poco importaban los otros rivales. Tanto Cáceres como Tomini sólo imploraban por una largada tranquila.
Y precisamente no lo fue, si bien los dos candidatos al título aprovecharon que Néstor Quintana no movió bien y se fueron adelante. Atrás, en el ingreso a la primera curva, se armó un zafarrancho. Se cruzó Roberto Clavero y en el revuelo la ligaron Ricardo Manfini; Matías Cáceres; Omar Farfán, y Pablo Rizzo.
El auto de seguridad sirvió para ordenar la fila india, pero la pista quedó muy sucia, por el agua y el aceite.
En la reanudación, Cáceres no perdonó y se fue adelante. Mientras, a Tomini lo superaba Quintana, quien amenazaba con irse para adelante.
No pudo respirar el líder, porque en la sexta vuelta abandonó Quintana y Tomini empezó a recortar la diferencia exigiendo al máximo a su nuevo auto.
Las últimas vueltas fueron tremendas, cargadas de emoción. Con los autos y los neumáticos desgastados por el esfuerzo, Cáceres y Tomini se jugaron el resto.
Fueron al límite, casi al borde del fuera de pista, en un espectáculo imperdible.
Cáceres se dio el gusto de terminar con el reinado de Tomini, quien festejó dos veces con el Ford Falcon, y darle un título a Chevrolet.
La definición se robó todo el interés, pero hubo otros trabajos muy buenos como los de Daniel Battistuzzi; Pablo Saladino; Eduardo Luqui; Juan D. Lescano, y Luis Diez.
Después de todas las penurias por los circuitos, también por las carencias dirigenciales, el TC Neuquino cerró el certamen con un gran espectáculo y un merecido campeón.
