Hace tiempo, a días de su retiro, Juan María Traverso no anduvo con vueltas a la hora de hablar de su sucesor. "El mejor de todos es Matías Rossi", aseguró el "Flaco". Fue tan certero como lo era en la pista, porque el joven piloto de Chevrolet ayer se metió en la historia grande del automovilismo argentino al consagrarse en una memorable definición como campeón argentino de TC 2000. Rossi, a los 22 años, piensa y se maneja como el más experimentado, por lo que no termina de sorprender a propios y extraños. Es un piloto bárbaro, pero una mejor persona. Su conquista hizo emocionar hasta el más duro de los integrantes del equipo Chevrolet. El sufrimiento de sus padres, los que la pelearon para que su hijo se ganara un lugar en el automovilismo; los directores de la escudería que tiene su base en el complejo Pro Racing, y hasta el grandote Marcelo Ingaramo, el responsable de la prensa del flamante campeón, no pudieron contener las lágrimas. Todos sabían que si había alguien que se merecía el título ese era el "Granadero" Rossi. Hablar con el campeón es un placer. Nunca tiene problemas. Ni aunque no pasara menos de media hora de haber logrado la conquista más brillante de su campaña. -¿En un momento del certamen parecía que estaba todo perdido, cómo cambió todo? -No se puede creer... Es impresionante haber logrado el título de TC 2000. Son muchas alegrías este año. Fue un certamen excelente con todo el equipo Chevrolet. Todavía no puedo explicar lo que se siente. En esta prueba tuve un autazo, al igual que durante todo el año. -¿Qué prueba bárbara? -Fue decisiva la largada que me permitió acomodarme segundo. Y pensar que en la segunda prueba clasificatoria tuve una mala partida y vino el toque con (Guillermo) Ortelli que casi me hace perder todo. -¿Después que llegaste a la punta no fue sencillo? -El único temor que tenía era quemaba los pies con la nafta que caía del medidor de presión de combustible. Para colmo (Juan M.) Silva venía rápido en las últimas vueltas y la difícil condición de pista hizo que me saliera dos o tres veces. -¿Las últimas vueltas fueron interminables? -No se terminaba más... Pero fui lo más rápido que pude y logré esta victoria que me permite festejar. -¿Funcionó bien el equipo? - Si. Christian (por Ledesma) fue un fenómeno. Me hizo de escudero en las primeras vueltas para que yo pudiera cuidar el auto porque sabía que él no iba a intentar superarme. Fue buenísimo porque demostró que tiene puesta la camiseta del equipo. -¿Y ahora, a seguir los pasos de Traverso? - No, por favor. Ese fue un grande de verdad, yo todavía no gané nada. Apenas un título, que es algo sensacional. RAUL BERNAL rbernal@rionegro.com.ar |