"¡¿Qué sería del fútbol sin el hincha?!" La pregunta existencial que se hacía Enrique Santos Discépolo en su propia película (El Hincha, 1951) encontró la respuesta más cruda 55 años más tarde: sin hinchas no hay fútbol. Ayer, cientos de simpatizantes de Racing y San Lorenzo les impidieron a los respectivos planteles salir de sus concentraciones y llegar hasta el estadio Ciudad de La Plata, donde debían jugar a puertas cerradas. El presidente de San Lorenzo, Rafael Savino, se comunicó con las autoridades de la AFA para proporcionarles precisiones acerca de las dificultades que tenían y como respuesta le informaron que el clásico quedaba suspendido. Pero ¿sólo por los hinchas no se jugó? No. Los planteles tampoco querían un partido sin público y, con el respaldo de sus dirigentes, decidieron no jugar. La presión de los hinchas no llegó a la intimidación y las fuerzas policiales les ofrecieron "plenas garantías" para que viajaran hacia la capital bonaerense. La excusa resultó perfecta para los dos clubes, que nunca estuvieron de acuerdo con jugar a tribunas vacías y por esos sus dirigentes no ejercieron presión alguna sobre los futbolistas. El fiscal general adjunto de la Ciudad de Buenos Aires, Luis Cevasco, afirmó que "el partido entre Racing y San Lorenzo no se jugó porque los planteles no quisieron viajar a La Plata, ya que la policía les dio todas las garantías para que así lo hicieran" (ver aparte). La suspensión del clásico del domingo mantuvo en vilo a todo el fútbol de Primera, que por unas horas estuvo virtualmente parado, algo que en primera instancia habían anunciado Quilmes y Banfield, aunque después el encuentro se jugó. Jorge Domínguez, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados, se puso en movimiento para darle forma a un paro general en solidaridad con los planteles. Sin pérdida de tiempo también reaccionó Julio Grondona, pero con en sentido opuesto al de Domínguez. El final fue obvio: los cuatro partidos restantes se jugaron como pretendía el caudillo de la AFA, el paro no tuvo asidero en casi ningún plantel y Domínguez renunció. Hinchas sin fútbol, futbolistas que no quieren jugar sin hinchas y entonces no juega... Ya sabe qué es el fútbol sin el hincha y también qué es el fútbol a la deriva. |