Efectivo en el primer tiempo y sin sobrarle nada, San Lorenzo tuvo un alegría entre tantas desilusiones al ganarle a Newell's por 2 a 1, a pesar de los insultos de su público, descontento con técnico, jugadores y dirigentes. Con dos tantos del peruano Roberto Jiménez en la etapa inicial, los dirigidos por Oscar Ruggeri encontraron un poco de aire en medio de un clima bastante adverso. Durante los noventa minutos, el público local humilló a sus jugadores y cuerpo técnico con agravios permanentes a pesar de la ventaja en favor de su equipo. Como respuesta, en los festejos de los goles los jugadores celebraron junto a su entrenador Oscar Ruggeri y así dieron cuenta de las diferencias existentes entre los futbolistas y la parcialidad azulgrana. El camino elegido por el local para complicar a su adversario fue el sector derecho de su ataque, lugar en el que se estacionó Ezequiel Lavezzi. No fue casualidad entonces que los dos goles del Ciclón se gestaran por esa vía. A los 5 minutos, Lavezzi desbordó por derecha y tiró el centro para encontrarlo en el medio del área a Jiménez, quien definió con un toque suave. Ocho minutos más tarde, apelando a la misma fórmula, el anfitrión pudo estirar la diferencia. De ahí en más, el partido fue ordinario porque San Lorenzo se conformó con esa ventaja y el visitante, con la inexperiencia de sus juveniles, no logró hilvanar ninguna chance concreta. El complemento fue una copia fiel de la primera etapa y recién tomó dramatismo luego de los 31, cuando la visita logró descontar con un zurdazo de Ansaldi, pero no tuvo argumentos para llegar a la igualdad. |