Independiente ganaba 2-0 y parecía que iba a conseguir una ventaja todavía mayor, pero el clásico quedó inconcluso a los 19 minutos del segundo tiempo porque el comportamiento salvaje de un grupo importante (en número) de la hinchada del Racing no le dejó otra opción al árbitro Horacio Elizondo que suspender el juego por falta de garantías. Mientras se trató de fútbol, Independiente prevaleció por el talento de su capitán Daniel Montenegro y la notable capacidad de Oscar Ustari, el arquero campeón mundial Sub 20 que continúa en pleno crecimiento, ganándole tiempo al tiempo. El Rolfi Montenegro aportó los dos goles, uno en cada etapa, el primero de penal y el otro con un toque cruzado exquisito, a pesar de la oposición que le planteó Gustavo Campagnuolo. Pero además de los goles, Rolfi se destacó por su técnica distinguida, en especial en el segundo capítulo, en el que condujo a sus compañeros hacia lo que pintaba como victoria amplia. Pero a la hora de hablar de fútbol puro también se debe aclarar que en la segunda mitad de la etapa inicial fue clave el desempeño de Ustari, porque por entonces Racing llegó con bastante frecuencia y profundidad, pero el guardavalla de los 'rojos' fijó por actitud y aptitud límites que se tornaron impasables. El primer tiempo había empezado intenso, de ida y vuelta, por lo que esas escenas resultaron interesantes y emotivas. Por entonces se podía pensar que la jornada iba a deparar una atractiva versión del clásico de Avellaneda. Independiente se puso en ventaja porque Gustavo Cabral puso la mano en forma intencional para re chazar un centro que cayó sobre su área y de ese regaló sacó provecho Montenegro desde los doce pasos. Eran momentos de pasajes productivos de la sociedad comandada por Montenegro, con participaciones valiosas de Rodrigo Díaz, Eluchans y Denis. Pero Independiente funcionaba de un modo adecuado sólo de mitad de cancha hacia adelante, ya que atrás se apreciaba cierta fragilidad. Y por esas falencias Moralez generó situaciones preocupantes para los locales, pero el empate jamás se produjo debido a la eficacia de Ustari. El segundo período fue todo de Independiente, que dio la impresión de haber reaccionado luego de escuchar atentamente el mensaje de su entrenador Jorge Burruchaga. Montenegro volvió a la cancha con todas las luces encendidas y el problema para Racing tendía a agravarse. Pero todo quedó inconcluso cuando los barras de Racing intentaron arrojarle proyectiles a los hinchas del rival que tenían más cerca y la policía procuró controlarlos. Todo fue en vano porque los violentos ya habían decidió impedir que la pelota continuara rodando sobre el césped del Libertadores de América. |