Porque era urgente aliviar la presión sobre su entrenador Ricardo la Volpe, porque debía recuperarse de una semana negra (derrota ante River y eliminación de la Copa Sudamericana) y porque los tres puntos lo mantendrían como único líder del Clausura. Lo logró ante Newell's. Boca comenzó imponiendo un ritmo vertiginoso con la intención de hacer circular la pelota, jugar corto y profundizar sobre los dos laterales. Pero con el correr de los minutos el juego de Boca se tornó impreciso. Barros Schelotto, de buen arranque, empezó a equivocar las entregas y Palacio, que se movía entre los centrales, no tomaba contacto con el balón. Newell's, más sereno, fue ganando la mitad de la cancha y comenzó a crearle problemas a Boca, en especial a la espalda de Ibarra, con las escaladas de Adrián Peralta y las diagonales hacia afuera de Cardozo. Se abrió el partido Y cuando más complicado tenía el partido, a Boca se le simplificaron las acciones en dos minutos. A la media hora, Diego Gavilán, quien estaba amonestado, cometió una violenta infracción contra Ibarra y se ganó la segunda amarilla. Y un pelotazo de Maidana encontró mal parado a Newell's, Palacio tocó hacia el medio para que Barros Schelotto, ante la falla de Spolli, definiera sin problemas. De inmediato, el Mellizo se hizo expulsar y el partido volvió a abrirse. El de Boca golpeó desde atrás a Peralta con la pelota en otra parte. El comienzo de la segunda parte pudo haberse jugado sin arcos. De todas maneras, al espectáculo lo salvaba la sensación de incertidumbre que transmitían los jugadores y que se hacía carne en las tribunas. Boca quedó con el contraataque en su poder y en uno de ellos, a los 38, Bertolo equivocó la descarga hacia la izquierda, pero un rebote le devolvió el balón y sometió a Villa. Newell's descontó casi de inmediato por Cardozo, pero el juego ya estaba cerrado. El rato feliz de Guillermo. Abrió el camino para el triunfo de Boca, pero antes del final del primer tiempo se fue expulsado. |