| SUZUKA (DPA) - El Mundial de Fórmula 1 más apasionante de los últimos años tenía reservada una gran sorpresa para el Gran Premio de Japón. El español Fernando Alonso ganó ayer contra todo pronóstico gracias a la rotura del motor de la Ferrari del alemán Michael Schumacher. El piloto de Renault quedó a un solo punto de renovar su título mundial. El gran golpe de efecto llegó en la vuelta 37 de las 53 que se disputaron en Suzuka. Schumacher marchaba en primera posición con casi seis segundos de ventaja sobre Alonso, pero entonces el motor de la Ferrari se rompió por primera vez en el certamen. El abandono dejó el triunfo en la prueba y casi en el Mundial en manos de un Alonso que no podía creer en su suerte. El español suma ahora 126 puntos y aventaja por diez Schumacher. Eso significa que el alemán necesita ganar en Brasil el 22 de octubre y que Alonso no sume para retirarse con su octavo título mundial. Si el español suma al menos un punto en Interlagos, será campeón sin importar un triunfo de Schumacher. El alemán saludó a todos los miembros de su equipo después de llegar a boxes. Fue el primer triunfo de Alonso desde Montreal, el séptimo del año y el decimoquinto de su campaña. Su alegría fue indescriptible. Saludó a sus mecánicos en el muro y se dedicó a dar volantazos de izquierda a derecha dejando escrita con sus neumáticos en el asfalto su satisfacción. Al llegar a los boxes, saltó la valla y dedicó un particular baile a todo su equipo. Las caras en el box de Ferrari y del propio heptacampeón mundial, por el contrario, lo decían todo. Habían remontado en la segunda parte del Mundial los 25 puntos de desventaja que tenía Alonso a finales de junio último y la semana anterior en China habían empatado con el español y le manotearon el liderazgo gracias a que Schumacher sumaba una victoria más. El pánico había cundido en Renault, protagonista de varios errores estratégicos graves, y Alonso había comenzado a criticar abiertamente a su equipo y a su compañero, el italiano Giancarlo Fisichella. En Japón el Mundial parecía teñirse aún más de rojo después de los entrenamientos y la clasificación, con Schumacher en la segunda posición con su compañero Felipe Massa en la "pole" y Alonso quinto. Pero todo cambió por culpa de un motor que Ferrari jamás pensó que podía romperse. Ese mismo propulsor lo usó Schumacher en Shanghai bajo la lluvia, lo que no debería exprimir las mecánicas más allá del 80 por ciento de lo previsto. La rotura justo cuando pasaba por debajo del particular puente de Suzuka, un circuito en forma de "ocho", envió a un segundo plano lo ocurrido en el resto de la prueba. Schumacher había superado a Massa en la segunda vuelta, y Alonso se había deshecho de los Toyota en el duodécimo giro. Alonso consiguió superar a Massa en la primer recarga de combustible. Por delante sólo quedaba Schumacher y el español comenzó la remontada. Pero nunca se sabrá si lo hubiera alcanzado, porque la Ferrari se rompió. Con el camino libre, Alonso bajó las revoluciones de su motor y se marchó hacia la victoria. Massa se subió al segundo puesto y Fisichella fue tercero. Ello permitió también a Renault dar un paso de gigante hacia el título de constructores, en el que ahora tiene nueve puntos de ventaja sobre Ferrari. | 
