Con el rostro desbordado por la timidez de un púber de 18 años, Gonzalo Higuaín (12-10-1987), el muchachito de la película más esperada de este Apertura, se enfrentó con los micrófonos y confesó que en el primer gol definió con un tacazo porque fue lo primero que se le vino a la mente. "Fue lo que me imaginé en ese momento. Tuve la suerte de que entró, pero la verdad es que tampoco tenía muchas opciones". Lo cierto es que este pibe de cabello crespo, de perfil bajo y apellido ilustre para la familia de River, se metió a toda la hinchada del "Millonario" en el bolsillo. Un sentimiento que quedó al desnudo cuando sobre el epílogo del juego, y ya con todas sus diabluras concretadas, Daniel Passarella decidió que abandonara la cancha para que sus oídos dejaran escuchar una de las primeras ovaciones que le serán ofrendadas. Claro, ya había metido el tacazo antes mencionado, y desairó en el 2-0 a toda la defensa boquense y a un Aldo Bobadilla al que dejó arrastrándose, mascando bronca. Higuaín está llamado a ser un delantero letal. En los 26 partidos que jugó a nivel local (debutó en la derrota de River frente a Gimnasia de La Plata, un domingo 29 de mayo de 2005), marcó nada menos que 11 goles. Hijo del siempre recordado y rudo defensor Jorge Nicolás, de quien tomó el apodo, pero en diminutivo, el "Pipita" extrañamente nació en Francia, cuando su padre jugaba en ese fútbol, y se nacionalizó argentino. Un dato que no deja de ser menor, ya que no es alocado pensar que tanto Alfio Basile como el polémico Domenech (entrenador de la selección de Francia), posen sus ojos sobre los gritos de gol de este pibe, que en un par de meses alcanzó una gran madurez. Es más, cuando se largaron al ruedo las primeras especulaciones acerca de la lista de jugadores que llamaría el ex Boca para el amistoso del miércoles frente España, inmediatamente muchos periodistas anotaron el apellido Higuaín, junto al de un Fernando Belluschi que está sacando chapa de gran jugador. Se dice que si Basile arma un seleccionado con mayoría de futbolistas del país, el "Pipita" no faltará en los entrenamientos en el predio de Ezeiza. Como sucede con estas nuevas estrellas que resplandecen en el fútbol argentino, los ojos de los clubes más poderosos del mundo se posaron sobre el delantero. Las últimas noticias llegadas desde el Viejo Continente indican que en Italia, Inter y Milan estarían dispuestos a desembarcar en Núñez con una maleta repleta de billetes para quedarse con los goles del "Pipita". Pero eso no es todo, porque el Chelsea también estaría con ganas de que Gonzalo se integre a un frente de ataque donde Didier Drogba es el abanderado. Pero en el medio, este River de José María Aguilar hizo el mal negocio del año al vender con antelación el 50 por ciento del atacante nada menos que el oscuro grupo inversor MSI a cambio de 6 millones de euros. Este grupo, que también posee los pases de Carlos Tevez y Javier Mascherano, intentará colocarlo, cuanto antes, en algún club europeo. Higuaín, por su parte, ya ha sentenciado: "Poder quedarme un poquito más en River y luego ir a Europa es una noticia linda Trato de no imaginarme cosas. River fue quien me ayudó a que se fijen en mí, y ahora tengo que hacer bien las cosas acá para que me vean allá". Claro, lo que Higuaín no sabe es que no siempre los deseos van de la mano con los negocios. Y que en el mundo del fútbol, el crecimiento personal y profesional se marea en la incesante rueda del dinero y las inversiones. Ya tendrá tiempo de pensar en eso el "Pipita". Por lo pronto, le llegó la hora de festejar. Y a lo grande. |