| Ayer, River pudo cerrar un partido con la pelota en sus pies y los goles en el arco contrario frente a Boca, nada menos. Y lo logró a partir de la soberbia actuación de su mejor jugador en el Apertura, Fernando Belluschi. El volante manejó los ritmos del equipo de Daniel Passarella, impuso la pausa y la aceleración, supo hacerlo cuando la velocidad del partido le pedía frenar o apresurar la velocidad de la pelota, y asistió en dos de los tres goles de River. Además fue el capitán. ¿No parece que fuera Marcelo Gallardo? Parece, y mucho. No es casual. Porque Gallardo no sólo perdió su puesto en el equipo porque bajó notablemente su rendimiento. También porque Passarella encontró en Belluschi lo que aún no pudo darle el Muñeco. En los días previos al Superclásico, la incógnita del entrenador 'millonario' era si jugar con Gallardo o con Paulo Ferrari. Finalmente, se decidió por incluir a este último. Pero Gallardo no perdió ayer su puesto con el lateral derecho. Lo perdió antes con Belluschi. Pero el volante tuvo buena compañía. Gonzalo Higuaín jugó su partido soñado. El delantero convirtió dos de los tres goles 'millonarios'. Uno, el primero del partido, de taco en la puerta de del arco, y el otro, el segundo de River, después de recibir un gran pase de Belluschi y gambetear hasta el arquero Bobadilla. También Cristian Nasuti, Nicolás Domingo y Ernesto Farías jugaron un gran Superclásico. El volante central estuvo imponente, robando infinidad de pelotas y jugando siempre el balón con prolijidad y el delantero marcó el gol que más le está costando a River, el que cierra un partido. Enfrente, sólo Morel Rodríguez, Fernando Gago y Rodrigo Palacio -convirtió el empate boquense- se destacaron en un equipo sin orden ni espíritu. |