Las lágrimas finales de algunos hinchas valieron más que mil palabras. Porque de este River no se esperaba mucho, por su apesadumbrada actualidad, mezcla de un mal momento futbolístico, una creciente crisis institucional y el "grave problema" de Ortega. Pero el 'millonario' de Passarella se hizo fuerte en el momento justo y consiguió salir del pozo con la mejor escalera: ganándole nada menos que a al Boca de La Volpe, al que sobre el final hasta pudo golear. La edición 179 del Superclásico dejó de todo. Por un lado, fue el oxígeno necesario para un River que se estaba asfixiando. Pero además, le arrebató a Boca un invicto de 22 partidos en el ámbito doméstico y, por primera vez en mucho tiempo, lo hizo vulnerable. Además, puso el torneo al rojo vivo, quedó a un punto de los xeneizes y le dio esperanza a equipos como Estudiantes y Arsenal. Hubo dos cotejos en uno. Boca manejó correctamente la pelota en el primer tiempo, pero cuando quedó en desventaja por 2-1 se desarticuló por completo y quedó expuesto a una catástrofe. Terminó con diez hombres por la expulsión de Matías Silvestre y con los 'oles' de las tribunas descendiendo sin cesar. River salió con la intención de no dejar espacios para que Gago manejara la pelota. Y comenzó a crearle problemas a Boca con la velocidad de Higuaín, que a los cinco minutos estremeció el palo izquierdo de Bobadilla. Con el juego equiparado, pero con Boca tratando mejor el balón, River encontró la apertura del marcador: Belluschi lanzó un centro bajo, tocó Zapata e Higuaín, con un tacazo, venció a Bobadilla. En las tribunas aún festejaban cuando Gago metió un pase bárbaro y Palacio, tras dejar 'pintado' a Nasuti, definió mejor. Los últimos tramos del primer tiempo mostraron mejor a los dos La Volpe, pero se fueron al descanso con el juego en tablas. En el arranque del epílogo, River volvió a presionar sobre la salida de Boca y esa fue la clave. A los 8, el fondo visitante salió muy mal para provocar un offside de Farías, Higuaín quedó habilitado, eludió con sutileza la salida de Bobadilla y puso el 2-1. Boca pudo haber igualado en un par de oportunidades, pero chocó con un equipo compacto, preciso y seguro, que estampó las cifras definitivas en un contragolpe que acabó en un exquisito pase de Belluschi y definición de Farías. De ahí en más, sólo hubo tiempo para el disfrute 'millonario' |