| NEUQUEN (AN).- Lo destrozó. Lo aniquiló sin miramientos. Lo dejó en la lona. Independiente fue una verdadera máquina, avergonzó a Racing se Trelew con un lapidario 5 a 1 y comenzó a mostrar su potencial, ese por el que siempre lo dan como candidato. Fue una verdadera fiesta 'roja'. El equipo de Gustavo Coronel fue un tsunami que voló hasta la mínima aspiración de los 'sureños' de hacer un buen negocio. Nunca hubo partido, apenas un entrenamiento con árbitro, público y ropa de 'gala'. Desde lo futbolístico, sólo resiste análisis el primer tiempo. Y ni siquiera eso, porque los neuquinos se retiraron al descanso ganando 3 a 0 y prometiendo una ventaja aún mayor. La diferencia con Racing fue en todo sentido: táctica, futbolística y física. Basta con ver que en el primer cuarto de hora, el local dilapidó al menos tres situaciones claras de peligro, y a la cuarta, casi pisando los 20, no perdonó. Orlando Porra, la figura de la cancha, transformó un corner en gol. Y así se abrió el partido. Nueve minutos más tarde otra vez el exquisito enganche ganó entre dos defensores, sobre la punta derecha, se perfiló con y dejó sin chances al pobre de Alejandro Gallardo. Iban 28 minutos y ya no había partido. Independiente prometía más goles y aprovechaba las ventajas que daba una defensa de tres hombres mal coordinada. El tercero cayó a los 36, luego de un preciso pase de Diego Landeiro, en cortado, y una definición de emboquillada a cargo de Matías Iturra. En el complemento el aluvión continúo, aunque el cotejo estaba liquidado. Quedó tiempo para el descuento de Price, de volea, un par de expulsiones para Racing y un par, pero de goles, para Independiente. De esta forma el 'rojo' se metió definitivamente en la pelea. Lo hizo con buen juego y de la mano de un factor que le venía siendo esquivo: la contundencia. Ahora viajará a Bariloche. Promesa de partidazo en el Municipal. | 
