Una celebración con vuelta olímpica y despedida a un entrenador con todos los honores. Una charla técnica con otro entrenador, recién llegado. Y un partido de fútbol con el record de triunfos acechando. Demasiado para un equipo en apenas una tarde, aunque ese equipo sea Boca. El Xeneize intentó ser ofensivo durante todo el partido, pero no pudo con sus propias limitaciones físicas y con la férrea oposición de Godoy Cruz que terminó festejando el 0 a 0 en la Bombonera. La sólida presencia del arquero Sebastián Torrico y un cerrado esquema le permitieron al conjunto de mantener el partido bajo control. Boca dispuso de la pelota durante gran parte del primer tiempo, pero le faltó cambio de ritmo y precisión en la descarga corta para desequilibrar al vallado que se le oponía. El ahora equipo de La Volpe distribuía bien desde los pies de Gago y en algún momento insinuó la ruptura por los costados a través de Cardozo y Krupoviesa, pero no pudo con el embudo del medio. Con el transcurrir de los minutos Boca comenzó a perder la pelota con mayor facilidad y Godoy Cruz a ganar confianza. Palermo tuvo dos oportunidades, una por izquierda y otra por derecha, pero las dos veces tiró débil a las manos de Torrico. En la segunda parte, con Jesús Dátolo por Marino, Boca procuró descargar el juego sobre los laterales, pero poco a poco fue cayendo en la trampa de enviar pelotazos en la búsqueda de Palermo. El centrodelantero resultó con su voluntad inquebrantable el hombre más peligroso de su equipo. El ingreso de Barros Schelotto por Ledesma no fue solución. Tampoco el de Calvo por Cardozo. En el último tramo, estaba visto que difícilmente Boca pudiera hallar lo que no había conseguido hasta entonces y los mendocinos llegaron al empate sin mayores sobresaltos. |