"Era mi última prueba en Italia", anunció su ganador Michael Schumacher, quien dará por finalizada su campaña en la Fórmula 1 al final de la temporada, sume o no un octavo título del mundo. El alemán no sólo se impuso por quinta vez en el templo de la velocidad enteramente sacrificado a Ferrari, sino que quedó a dos puntos del español Fernando Alonso en el Mundial, cuando restan tres pruebas. Aunque demostró en la pista que no la tendría fácil remontando desde la décima posición, el abandono del español, a menos de diez vuel-tas de la llegada por una rotura del motor provocó una explosión de alegría en las tribunas rojas donde habían 80.000 espectadores. El domingo en Monza debía ser el día de Schumacher. Y el alemán efectivamente comulgó con su público, regalándole la victoria como ofrenda, levantando la copa como un cáliz y compartiendo abundantemente el champán en el podio. "La jornada fue muy especial... Está la victoria, claro, pero también mi futuro... Me retiro a fines de año", anunciaba "Schumi", quien será reemplazado por el finés Kimi Raikkonen. Su dedicación al automovilismo fue total. Mucho lo consideraron un campeón calculador y de sangre fría que se hizo pocos amigos en el circuito. Un piloto que no titubeaba en sacar de la pista a un rival para asegurarse la victoria. Cuando su madre falleció en abril del 2003, Schumacher ganó el Gran Premio de San Marino un par de horas más tarde. De 37 años, Schumacher siempre cuidó su privacidad y usualmente evitaba salir a las fiestas, salvo cuando se trataba de los festejos por sus siete campeonatos. En Alemania, al menos, Schumacher contaba con la lealtad de un grupo masivo de seguidores, que se tomaban vacaciones para acompañarlo en las pruebas. Deporte poco seguido en Alemania, la Fórmula 1 se convirtió en inmensamente popular entre los alemanes. Schumacher se mantuvo co-mo ídolo incluso cuando se radicó en Suiza para evitar pagar impuestos en Alemania. Nació el 3 de enero de 1969 en Kerpen, cerca de Colonia. Su padre administraba una pista de karts y Michael le tomó el gusto. Cuando había cumplido los seis, ya había ganado su primer campeonato de kart. En 1990 ganó el título de la F-3 de Alemania y seguido empezó a probar autos de Mercedes Benz. Al año siguiente hizo un resonante debut en la F-1, al clasificarse séptimo con un Jordan en Bélgica y Benetton lo contrató. En 1992 ganó su primera prueba en Bélgica. La leyenda había comenzado. Michael Schumacher, quien ayer anunció su retiro a fin de año, ganó Monza y quedó a dos puntos del líder Fernando Alonso. El Mundial está al "rojo vivo". |