Vélez no encontró prácticamente oposición en un desarmado Quilmes, al que le ganó con claridad como visitante por 3-0. El conjunto orientado por Miguel Angel Russo, amplio dominador de las acciones, halló la ventaja tranquilizadora, a los 25 minutos del primer tiempo, cuando Lucas Castromán empujó al gol un pase de Mauro Zárate y decretó la apertura. El delantero, tal como lo había prometido, festejó la conquista con Gastón Sessa, con quien había mantenido una controversia en el 0-2 del miércoles último frente a Lanús, por la ida de la Copa Sudamericana. Esa conquista alcanzada por Vélez no hizo más que potenciar su superioridad. La defensa quilmeña no hacía pie y otorgaba ventajas de todo tipo. Por eso no extrañó que a los 32 llegara el segundo gol, después de que Mauro Zárate enganchara sobre el costado derecho del área y metiera un disparo cruzado, inatajable para Derlis Gómez. Vélez dejó venir a su rival en la segunda parte: sabía que el marcador no se alteraría y esperaba agazapado la posibilidad de aumentar la cuenta. Sobre los 32, el pleito quedó sentenciado cuando Zárate ejecutó con maestría un tiro libre y puso el 3-0 definitivo. De allí hasta el final fue el tiempo para los insultos del público local (hacia los directivos, hacia el técnico Mario Gómez y también sus propios jugadores) y de regodeo de la parcialidad velezana que vuelve a ponerse en carrera. |