| Después de tantas frustraciones en la última década, España se dio el gusto y es el nuevo campeón mundial de básquet. Fiel a su estilo, apoyó todo su juego en la defensa, dejó a Grecia en 47 puntos y después se dedicó a hacer diferencia en ataque. Acumuló 70 en el tablero rival y se desató el delirio en tierras españolas. Ante 20.000 personas y sin su figura, Pau Gasol, por lesión, el quinteto de "Pepu" Hernández hizo un trabajo sin fallas. Como ocurrió en el fútbol, Argentina tuvo presencia con Pablo Estévez, quien fue uno de los tres árbitros en el Saitama. La definición no fue tal, ya que España dominó desde el comienzo, con una marcación personal asfixiante, control del balón con el inteligente José Manuel Calderón. En ataque buscó las salidas rápidas para las habilitaciones a los pivotes o los tiros desde lejos de Jorge Garbajosa (20 puntos y 4 triples) y Juan Carlos Navarro (20 y 2). Grecia nunca pudo imponer el ritmo, le costó meter el balón en la zona de la pintura, ya que el equipo español se cerró muy bien en defensa y no dejó resquicio alguno para las penetraciones o los disparos desde afuera de los tiradores griegos. Desde el arranque, España, con una motivación extra por la ausencia de Gasol, fue el dueño del partido y marcó claras diferencias, ante un rival permeable y errático. Se terminó la mufa y España es el mejor. Para Argentina, un cuarto puesto con gusto a poco y el lanzamiento de Chapu Nocioni ante el campeón, que quedará en el recuerdo por años. | 
