Como un bálsamo. El triunfo de River tuvo efectos reparadores para River por dos motivos esenciales. Por un lado, le permite seguir con vida en la lucha por el título. Y, por otro, recuperar algo de paz interna y autoestima, después del escándalo protagonizado por la barrabrava tras la derrota ante el Racing. River jugó un flojo primer tiempo y levantó levemente su nivel en el segundo, en el que dos apariciones de Gonzalo Higuaín le dieron la victoria. En esa parte, River arriesgó un poco más con el ingreso de Augusto Fernández por Jesús Méndez y encontró el desequilibrio ante un conjunto de La Paternal que llegó al Monumental con la idea de esperarlo y salir rápido de contragolpe. River intentó tomar la iniciativa, pero, a diferencia de los dos partidos anteriores, no se desprotegió de mitad de cancha hacia atrás. El equipo ingenuo que jugó contra Newell's le dio paso a otro más aplacado y menos impulsivo. Quizá mucho tuvo que ver la presencia de la dupla integrada por Jesús Méndez y René Lima como doble cinco. Pero como a este River parece difícil que todo le salga bien, el equipo mostró muchas limitaciones a la hora de atacar. Careció de ideas, de inventiva, de alguna pizca de fútbol que le permitiera quebrar el cerrado esquema que le opuso Argentinos. Así, River llegó sólo dos veces en la etapa inicial. A los 19 con Ariel Ortega y a los 43, con Fernando Belluschi. Cambiar y ganar El ingreso de Fernández en el segundo tiempo rompió con la dupla de volantes centrales en el equipo local. El de Pergamino se ubicó en la derecha derecha, Lima quedó como 'cinco' y Belluschi se adelantó unos metros para jugar como enlace. Ese cambio de corte ofensivo le dio más presencia en las cercanías del área rival al local. A los 8 llegó la apertura: Fernández recibió de Ortega, se metió en el área con elegancia y tras dejar a un rival en el camino mandó el centro atrás que Higuaín transformó en el 1-0. El equipo de Passarella encontró la tranquilidad definitiva a los 25 Belluschi encabezó un contragolpe, cedió para Ortega y el remate con la cara externa de su pie dio en el travesaño. Al rebote, Higuaín lo cambió por gol, con una volea seca. Los últimos veinte minutos Argentinos intentó llegar al descuento, pero River no se preocupó demasiado. El 2-0 le resultó suficiente para curar las heridas recientes. |