| Goleada. Paliza. Humillación. Todos términos que acaban siendo poco para explicar lo que sucedió ayer por la tarde en el Nuevo Gasómetro. El hasta ahora imbatible y único líder Boca del "Coco" Basile barrió, avergonzó a San Lorenzo en su casa, le propinó la peor goleada de su historia y subió de a dos los peldaños camino a su gran objetivo: el tricampeonato. Ni siquiera el más optimista de los hinchas 'xeneizes' se imaginó lo que pasó a ser una goleada histórica, un partido que quedará marcado a fuego en los anales del fútbol. Una nueva victoria, la 11ª al hilo, que dejó al puntero a dos triunfos del record del San Lorenzo versión '01 de Pellegrini y que iluminó a la mejor delantera de la argentina: la implacable Pa (lacio)-Pa (lermo), que ayer se despachó con 5 tantos. ¿Cómo explicar que un partido entre Boca y San Lorenzo termine con seis goles de diferencia? ¿Cómo explicar que este 'Santo' que se jactaba de una paternidad sobre el 'xeneize' se desmoronó de tal forma? Todo, todo lo que sucedió en el Nuevo Gasómetro fue obra y gracia de un Boca que está -al menos bajo este mando- para grandes cosas, que ridiculizó a San Lorenzo y lo venció nada menos que por 7 a 1. Un resultado de este calibre no resiste ningún análisis. Porque hubo un partido de 20 minutos, y otros 70 donde un equipo se divirtió y el otro lo sufrió, y de lo lindo. Cómo explicar que en esos primeros 20 minutos San Lorenzo arrancó enchufado, fue más que el ahora único líder y generó un par de situaciones claras de gol. El "Pocho" Lavezzi era una pesadilla para Krupoviesa y el "Cata" Díaz salvaba en la línea lo que parecía la apertura del marcador del "Malevo" Ferreyra; Gago no encontraba la pelota y Marino se debatía entre su apatía y las piernas de los rivales. Entonces sucedió lo que sucede cuando Boca se enchufa: un pase perdido terminó en los pies del solitario Palacio, que eludió a Saja y desató el delirio. Iban 22 minutos, una llegada de la visita y la misma cantidad de goles. Para dejar en claro que su segundo nombre es "Efectividad", el líder puso el 2 a 0 cuatro minutos después: Cardozo desbordó por la derecha, tiró el centro, Palacio la dejó pasar y Palermo no perdonó. Dos llegados, dos goles. Qué más se podía pedir. Que Palermo apareciera a los 32 para 'corregir una pifia de Sebastián Méndez y sentenciar al 'Ciclón' a pasar otros 45 minutos de terror, los peores que se recuerden en los tiempos modernos. Como era de esperar, la segunda parte fue un baile, un goce para Boca, una humillación para el 'Santo'. Completaron la apoteótica tarde los goles de Palacio, Cardozo, el pibe Andrés Franzoia y el gol 150 de Palermo. Todo para sellar una tarde inolvidable para la retina xeneize. | 
