| Los críticos de Estados Unidos coincidían en que Carlos Baldomir carecía de pegada para bajar a un peleador callejero como Arturo Gatti. ¿Cuál fue la respuesta del "Tata"? Contundencia, claridad, manos precisas y un corazón de acero. El santafesino noqueó al canadiense en el noveno asalto y retuvo por primera vez su corona wélter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en el Boardwalk Hall de Atlantic City. Para hacerla completa, Baldomir también le ganó al público. Es que su rival reside en Jersey City y es uno de los deportistas más populares del lugar. Sin embargo, todos se retiraron en silencio y fueron testigos de privilegio de una clase boxística, a cargo del campeón. Como en aquella inolvidable noche del 7 de enero en el Madison Square Garden, cuando le arrebató la corona a Zab Judah, "Tata" repitió la hazaña. Fue una dura y áspera batalla. Y si bien Baldomir siempre fue el que propuso y ejerció el dominio psicológico y estratégico del ring, el canadiense nunca abandonó -hasta la definición- la posibilidad de meter un pleno en los cruces de contragolpe. Luego de una precisa combinación del argentino en el tercero, quedó la sensación de que el pleito se terminaba. Pero el campanazo salvó a Gatti, quien llegó a su rincón con el rostro desencajado y con un corte sobre el pómulo derecho. Le faltó tiempo a Baldomir para lograr la estocada final. En el quinto la campana nuevamente salvó al retador, y en el octavo el "Tata" envió a la lona a su rival, caída que el árbitro no convalidó ya que vio un empujón que nunca existió. A todo esto, lo de Baldomir ya era paliza y se perfilaba para la embestida final. Sólo el orgullo y su estoica guapeza mantenían en pie al canadiense. Llegó el noveno y el desenlace para el ex monarca mundial y gladiador de mil batallas. Baldomir se lo llevó contra las cuerdas y comenzó a demoler la ya ultrajada humanidad del canadiense. Dos derechas en cross por parte del argentino y Gatti se desplomó. Otra vez. Sólo la "sangre" de gran guerrerole hizo recuperar la vertical al canadiense. Las cartas ya estaban echadas para el canadiense, por eso Baldomir como un torero, con un cross de izquierda, terminó la faena. Retador otra vez al suelo, el referí decretó el "no más" y el santafesino, como siete meses atrás, copió la hazaña. Las estadísticas aportaron otro dato que dejó más en claro el triunfo: Baldomir tuvo la ventaja en golpes acertados, con 267 de 562 (48%), en comparación con 161 de 445 (36%) de Gatti. "Traté de boxear con él'', fue la primera frase del canadiense después de la derrota. Y agregó: "él es muy fuerte y se fortaleció más mientras avanzó la pelea. Contrarrestó mi estilo... Supongo que traté con demasiada insistencia de noquearlo muy pronto en la pelea, y está claro que me equivoqué". Quién lo iba a decir. Hace un año ni el más optimista amante del boxeo criollo podía llegar a imaginar que Carlos Baldomir, aquel vendedor de plumeros, podría sumar su nombre a una cartelera de rutilantes estrellas de una de las categorías vedettes del boxeo mundial. Lo hizo y ahora no piensa detener su marcha exitosa. | 
