Los bahienses tuvieron la oportunidad de jugar esta final frente a San Martín de Tucumán por haber sido los mejores en el Apertura del torneo Argentino A. El partido de ida en casa fue 2 a 2, y parecía que la cosa se ponía cuesta arriba. Para colmo, la tardanza en el viaje y una vez en la cancha la presión de un estadio que parecía un hervidero. Nada de eso amedrentó a los bahienses, que estuvieron abajo en el marcador tras un gol de Cristian Zárate, pero que logró empatarlo mediante Claudio Apud Si la justicia existiese en el fútbol, el partido tendría que haber quedado en manos de los tucumanos, que chocaron siempre contra una muralla con guantes llamada Fermín Ponte y una defensa que no mostró ninguna fisura. Llegó la lotería de los penales y la figura de Ponte se agrandó en el arco para detener los disparos de Manuel Acosta y Javier Lavallén. De esta forma, la "Villa" cantó campeón, dio la vuelta en Tucumán y llegó a la segunda categoría. |