Carlitos Tevez volvió a cambiar la frase "very difficult" por "veri dificul". Ayer arrancó muy difícil el partido contra México, pero él, a su estilo, la hizo fácil con dos acciones.
Primero, metió la cabeza para romper el cero con un gol que debió ser anulado por un claro off side suyo y en el arranque del segundo tiempo, sacó un sablazo desde afuera del área para el 3-0, que prácticamente definió la historia.
El delantero nacido y criado en Fuerte Apache, que brilla en la liga inglesa, tuvo "su" partido en un Mundial al que llegó sin una titularidad indiscutida.
Por "culpa" de Carlitos, Maradona se vio obligado en modificar su 4-4-2, que parecía una fija. Fue tanta la presión, tanta la garra que el ex Boca le metió en cada práctica, que el DT no tuvo otra alternativa que hacerle un lugar entre los once.
En los primeros compromisos no se le dio, pero dejó la vida en cada pelota. Ante Nigeria, rindió con altibajos. Contra Corea del Sur se dio una situación rara: había sido uno de los mejores de la cancha, pero su reemplazante, Sergio Agüero, fue la llave para darle forma a la victoria. Descansó ante Grecia. Y ayer, resultó determinante, una vez más.
Diego volvió a sacarlo y el Apache, que no quiere salir nunca, se "calentó". En la conferencia de prensa dijo: "Me sentía bien, no entendí el cambio. Son momentos de calentura y después se va". Otro clásico del delantero, que tiene su carácter pero es clave para el grupo.
También sus respuestas aportaron claridad, porque después del enojo, analizó el partido. "No pudimos generar juego, y cuando teníamos que agarrar la pelota no la podíamos agarrar. Los primeros minutos ellos manejaron mejor la pelota", dijo Carlitos, elegido mejor jugador del partido por la FIFA.
Con esta actuación, Tevez empieza a saldar sus deudas con la selección mayor, donde debutó el 30 de marzo de 2004. Sin dudas, su punto más alto con la celeste y blanca se dio en los Juegos Olímpicos de Atenas, cuando fue la gran figura del equipo que ganó la medalla de oro. Hizo ocho goles y resultó la gran figura del equipo que todavía dirigía Marcelo Bielsa.
Durante toda la fase clasificatoria para Sudáfrica 2010, con Alfio Basile primero y con Diego Maradona después, Carlitos se debatió entre sus aportes al juego colectivo y su ansiedad para responder a las expectativas que recaían sobre él y que sentía que no cumplía cada vez que jugaba con la albiceleste.
Hoy su entrega es más positiva. A sus condiciones ofensivas le agregó sacrificio para la marca, la presión y la recuperación de la pelota, incluso bien adentro del campo argentino. Aunque Carlitos, ayer, en conferencia de prensa tras el partido, contó que "Diego me pidió que me pare como delantero, que baje cuando quiera, pero que recuerde que soy delantero", el delantero del City aportó mucho en la recuperación de la pelota, sobre todo en el primer tiempo ante los mexicanos.
Si algo le sobra a Carlitos es entrega y sacrificio. Sin embargo él sentía que estaba en deuda con la albiceleste: "Necesitaba un partido así para reafirmar que estoy bien y que tengo hambre de gloria con esta camiseta".