Alemania e Inglaterra fue un verdadero partidazo, de alto vuelo, de lo mejor que se vio en el torneo. El equipo germano dominó en todos los ítems del juego y dejó en claro que es un equipo de temer.

Creo que Alemania comenzó a ganar el partido desde el minuto cero y eso tuvo que ver con el orden táctico. Los dos utilizaron el mismo sistema, pero los teutones fueron superiores por control de pelota y movilidad, tanto de los volantes como de los delanteros.

Los de Löw controlaron el juego durante los 90 minutos, en realidad 85, porque tuvieron un lapso de distracción en el que se dio el gol de Upson y el grosero error de Jorge Larrionda y su asistente Mauricio Espinosa. Fue ahí Inglaterra dispuso de situaciones y metió presión, porque Gerard y Lampard ganaron en protagonista y se acercaron a los delanteros. Eso duró un puñado de minutos y Alemania volvió a retomar el control.

El 11 de Capello siempre se mostró inferior, no tuvo juego asociado, los atacantes siempre estuvieron solos y se abusó de los pelotazos. Alemania respetó lo que le pidió su técnico: jamás se metió cerca de su arco, manejó la pelota como cualquier equipo sudamericano y cuando atacó fue punzante.

Müller y Podolsky fueron claves por los carriles, por la movilidad y la forma de descolgarse y llegar a posición de delantero de punto. Alemania en ese sentido hace buenos movimientos de distracción, cuando Klose sale de la habitual posición de delantero centro y aparecen por sorpresa los mediocampistas, sobre todo Özil, un verdadero jugadorazo.

En el fondo sufrió poco, pero veo a los de atrás más permeables que otros equipos. Creo que Argentina tiene el poder ofensivo suficiente como para abrir esa defensa, aunque debe estar muy atenta atrás, porque una distracción contra Alemania puede costar muy cara. Maradona seguramente no va a cambiar el sistema táctico, por lo que se espera un partido de ida y vuelta. Yo confío en llegar a semis.