Corrían 23 minutos del ST cuando se levantó la chapa electrónica con el cambio: 8 por 11, señalaba. Verón saltó a la cancha para dar un poco de oxígeno y criterio al medio y Carlitos Tevez salió del campo con el disgusto petrificado en el rostro. El Apache fue el mejor, corrió, corajeó, abrió y cerró el partido con sus goles y, cuando fue reemplazado, se fastidió. Maradona lo buscó, lo abrazó con ternura, pero ni siquiera eso lo conformó.
"Necesitaba un partido así para reafirmar que estoy bien y que tengo hambre de gloria, dijo Carlitos, que después hizo una crítica por su cambio. "Me sentía bien, pedía la pelota y no entendí el cambio. Son momentos de calentura y después se van. En ese momento, la selección no podía agarrar la pelota, pero no soy el único culpable cuando no la tiene".