El mito de Diego Armando Maradona está a salvo gracias a la contundencia de los cracks de adelante. Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín destrozaron la ilusión de un México que no consigue sacarse de encima el ´karma criollo´ y ahora Argentina buscará las semifinales ante el temido seleccionado alemán, durante un cotejo que se jugará el próximo sábado.
Javier Aguirre lo había dicho en la previa: "Nos creen muertos, pero vamos a ver si es tan así". El técnico hizo un trabajo excelente desde lo táctico, pero le fallaron las individualidades y el equipo azteca lo pagó caro ante un equipo con varios cracks. El técnico mexicano sabía que debía cortar el circuito de juego del seleccionado de Maradona y lo consiguió en los primeros 25 minutos.
Es más, hasta ese momento México tuvo las situaciones más claras, con un disparo desde 35 metros de Salcido que rebotó en el travesaño y un minuto después, a los 8, con una sutileza de Guardado, que sobre la derecha le dio de zurda, a tres dedos, y el balón se fue besando un palo.
Aguirre ahogó a los carrileros argentinos, los aprisionó contra las bandas y mandó a que su equipo ensanche la cancha y haga circular la pelota. Giovani sobre un lado y Guardado sobre el otro preocupaban a Heinze y Otamendi y a la vez provocaban movimientos peligrosos para ganarle la espalda a Mascherano.
Messi se paró demasiado cerca del capitán y luchó más de lo que jugó, porque muchas veces abusó de la individual, mientras que Tevez, el corajudo Carlitos, siempre presionó buscando la falla rival. Argentina se parecía a aquella que deambulaba en las eliminatorias, porque sufría por el sector derecho de la defensa y porque carecía de profundidad.
Hasta que finalmente demostró que tiene jugadores de otro nivel, porque a los 25 encaró La Pulga, metió un puñal en cortada para Tevez, salió tarde el Conejo Pérez, Messi la metió otra vez y, en off side, Carlitos la cabeceó al gol. Los reclamos mexicanos de nada valieron y sólo enervaron sus ánimos. El capitán Rafa Márquez perdió los estribos y después de un patadón al crack del Barcelona se ganó la amarilla. Y Osorio, el más nervioso de todos, intentó pisar la pelota cerca del área, la redonda se le escurrió, Gonzalo Higuaín aprovechó el regalito, aguantó la carga del defensor, se la llevó con la suela para engañar al arquero y empujó para locura de Maradona y su cuerpo técnico.
El poco orden que le quedaba a México se esfumó. Su defensa comenzó a mostrar todas las flaquezas que había disimulado con el equilibrio colectivo y el ballet de Messi, Tevez, Higuaín y Cía tuvo su mejor momento.
Antes del descanso, Pipita hizo otra genialidad, pero Di María siguió errático y perdió con Pérez y sobre los 41 Maxi Rodríguez, en su único desborde, metió un centro que el ´9´ cabeceó afuera.
Aguirre sacó al estático Bofo Batista y colocó a Barrera para hacerle a Otamendi la noche más difícil. México intentó revertir la historia pero Tevez volvió a aparecer en el momento caliente, sobre los 6, para incrustar la pelota en el ángulo y dejar en claro que es mucho más que un simple partenaire de Messi. Desde ahí y hasta el final, Argentina se durmió una preocupante siesta y potenció la figura de Sergio Romero en el arco argentino.
Barrera complicó y el seleccionado albiceleste no tuvo la personalidad suficiente para manejar el balón. Por eso sufrió. Sobre los 25 Javier Hernández dejó sin chances a Demichelis y la clavó en un ángulo. El partido se fue con la preocupación de ver a la Argentina no poder manejar la situación, y con una ataja bárbara de Pérez a Messi.