Pese a que intentó en todo momento mantener el misterio, Oscar Tabárez deslizó ayer que estudia hacer cambios en Uruguay para enfrentar el miércoles a Sudáfrica por el Grupo A.
"Puede ser, pero no es seguro que haya. Las soluciones pueden ser con los mismos que jugaron contra Francia o con modificaciones", dijo Tabárez, que tras la frase inicial prefirió en todo momento evitar ser demasiado preciso.
"No se puede regalar información en esto. Las cosas que yo diga las sabe a los dos minutos el entrenador rival. Yo no voy a hablar de cosas que pueden ir contra uno", afirmó tajante el técnico.
El Maestro quedó conforme con el andamiaje defensivo en el debut de la "celeste" ante los galos, pero no tanto con el apartado ofensivo, por lo que los probables cambios se darían en las líneas de adelante.
"Estuvimos trabajando sobre eso. Quedamos muy conformes. Tenemos las cosas muy encaminadas", señaló tras el único entrenamiento del día, dejando claro que en su cabeza tiene casi definido qué once jugadores elegirá para la decisiva segunda jornada de la zona.
Las posibilidades que se manejan extraoficialmente son dos: el ingreso en el equipo de Edinson Cavani, en lugar del enganche Ignacio González, retrasando unos metros al atacante Diego Forlán. La restante es que el sacrificado para el ingreso de Cavani sea Luis Suárez, la estrella del Ajax.
Sea cual sea la elección final, Tabárez dice que no cometerá errores pasados, como en su primera experiencia mundialista, Italia 90. En aquella oportunidad, tras igualar en el debut, Uruguay salió a atacar desesperadamente a Bélgica y perdió por 3-1.
"No nos vamos a regalar ni intentar pasarles por arriba. No cometeremos de nuevo ese error", reveló después de valorar haber terminado 0-0 en el estreno.
"He dicho que una de las pocas cosas que he aprendido en esto de los Mundiales es que la serie sirve sólo para clasificar, por eso tuvimos una charla con los futbolistas sobre la importancia de ese empate".
Tabárez evitó referirse a un posible favoritismo del árbitro para Sudáfrica por ser los organizadores. Además, reconoció que el sonido de las vuvuzelas podría ser perjudicial porque en el debut impidió "a los jugadores comunicarse dentro del campo", pero decidió resignarse. "¿Qué podríamos hacer con el ruido? Nada", se lamentó.