Lionel Messi y Gonzalo Higuaín llegaron a Sudáfrica con un currículum devastador: 61 goles entre ambos durante la temporada 2009-2010 de la liga española. El sábado por la tarde, entre los dos, tuvieron nada menos que con ocho chances de gol. Pero el partido se cerró 1-0 con gol del rústico Gabriel Heinze.
La Pulga hizo el mejor partido con la camiseta albiceleste, generó los elogios de todo el planeta futbolístico y dio su primer paso en pos de ser leyenda. Pipita, con un trabajo más discreto, cerró un cotejo aceptable, pero como vive del gol y atrás tiene a un "rival" tan peligroso como Diego Milito, ahora debe estar algo presionado.
Igual, ayer se los vio tranquilos a ambos. Lejos de las frases rimbombantes. Con los pies bien en la tierra. "Esta selección no depende de mí, esta selección tiene muy buenos jugadores que te pueden resolver el partido. Yo también dependo de que me llegue la pelota, y que los volantes me la pasen. Ayer (sábado) me llegó", subrayó Messi en una rueda de prensa.
Al analizar los próximos partidos, el jueves ante Corea del Sur y el 22 frente a Grecia, el astro del Barcelona advirtió: "El rival somos nosotros. Si hacemos las cosas bien, como hicimos en parte ayer, nos va a ir bien".
Gonzalo Higuaín aseguró por su parte que "es un placer jugar al lado de él". Messi "es muy importante para nosotros", aclaró.
El rosarino, como era de esperar, admitió que el notable cambio de juego que mostró en la selección dirigida por Diego Maradona, su mejor rendimiento en el ciclo, le permitió levantarse "contento porque me salieron bien las cosas, porque la selección argentina ganó. Pasé momentos muy feos en la selección con las eliminatorias, no nos salían las cosas y no podíamos ganar los partidos".
Consultado sobre qué fue lo que generó ese giro, el delantero del Barcelona aseguró que desde que el plantel llegó a Pretoria "cambió todo".
"Cambió la mentalidad de todo el grupo, mi mentalidad, y yo tuve más contacto con la pelota, me tiré más atrás de lo que suelo jugar y pude estar más cerca de Verón, Mascherano y Di María, que me hicieron jugar y sentir más cómodo", resumió.
De su anemia goleadora del sábado, Higuaín aclaró: "El delantero vive del gol, pero no es una presión para mí convertir, sí un desafío".