Si entre las 61.000 almas que había en el estadio se hacía una encuesta sobre los goles de Argentina, seguramente Gabriel Heinze hubiera ocupado uno de los últimos lugares. No porque le falte convertir, porque suele gritar en sus equipos, sino porque Argentina presentó una constelación de estrellas del medio hacia adelante y realmente era difícil imaginar un 1-0 con gol del Gringo.
Cuando fue su turno de hablar con la prensa, protagonizó el único "cruce" desde que el plantel se instaló en Pretoria. Salió con elegancia y evitó cualquier polémica. Ayer, en el grito de su conquista, dio la sensación de que se descargó.
Además del gol, los medios coincidieron en que fue de los jugadores más destacados de Argentina. "Lo mejor de la última línea. Marcó, jugó....", fueron frases que se repitieron en las diferentes agencias de noticias en el clásico 1x1 que suelen rodear a los partidos importantes.
A los 32 años, el defensor bancado "a muerte" por Maradona, metió su primer tanto en el ciclo de Diego. Y seguramente, lo disfrutará a pleno.
El entrerriano lleva apenas tres gritos con la camiseta celeste y blanca. Los anteriores fueron contra Hungría, en un amistoso (2-1, el 17 de agosto de 2005); y en la Copa América de 2007, frente a México (3-0, el 11 de julio de 2007).
Con apenas ocho partidos disputados en la primera de Newell´s, partió para España en la temporada 1997-1997. Jugó en Valladolid, después pasó por Sporting de Portugal (1998-99), volvió al club español (1999-2001) y siguió por París Saint Germain de Francia (2001-04), Manchester United (2004-2007), Real Madrid (2007-2009).
Debido al Mundial, pidió ser transferido, pasó al Olimpique de Marsella y hace poco se coronó campeón del fútbol francés.