Fiel a la historia mundialista, el seleccionado argentino concretó un auspicioso debut ante Nigeria, al que no sólo venció, sino que además le perdonó la vida.

El rostro de Diego Maradona en la conferencia de prensa, distendido pero algo disconforme, fue elocuente: su elenco fue y es mucho más que las "Súper Águilas", lo dejó con "vida" cuando erró en la definición y sobre el final sufrió algunos embates de los africanos que pudieron amargar un comienzo mundialista que debió ser más tranquilo. Mucho más.

Argentina posee la delantera más codiciada del Mundial, al punto que sus tres delanteros titulares sumaron nada menos que 105 goles en la última temporada. Así y todo, el que apareció para clavar el 1-0 definitivo fue ni más ni menos que Gabriel Heinze, que marcó con un perfecto cabezazo su primer tanto en Copas del Mundo -es su segunda-.

Las fallas en la definición de los atacantes y ciertos desacoples defensivos fueron las dos características que quedaron en el "debe" del primer partido de Maradona como DT mundialista.

Pero hay que decir que muchas más cosas positivas saltan del choque ante Nigeria: primero, que se ganó en el debut, un dato que no es menor; segundo, que se sumó por tres frente al equipo que asoma como el más duro de la zona B; y tercero, que ayer se vio a un Lionel Messi fantástico, muy cercano al "diablillo" irreverente que asombra al mundo con la 10 del Barcelona.

Apenas iban 40 segundos cuando Juan Sebastián Verón conectó con La Pulga, éste puso quinta antes de primera, apiló rivales y cedió para Carlos Tevez, que no pudo terminar la jugada.

Algunos espectadores ni siquiera se habían acomodado en sus butacas cuando sufrió Argentina, porque Obasi le ganó las espaldas a Jonás Gutiérrez y su zurdazo se fue cerca. Sesenta segundo después, otra vez el Elegido: dribleó por izquierda, avergonzó a tres nigeriano y también a Gonzalo Higuaín, que después de tamaña jugada definió muy mal, ya que el balón le pegó en el taco y se perdió afuera.

Era el momento de Argentina, y cada vez que la pelota se pegada al botín de Messi todo lo que emanaba de él era diferente. A los 5 paró la redonda y le apuntó al ángulo, pero los dedos de Enyeama estuvieron heroicos. Claro, La Bruja ejecutó con maestría el córner y Heinze, lanzado en palomita, sí le atinó al ángulo en una de las primeras jugadas tácticas con el sello de "Maradona DT".

Argentina tenía problemas en las coberturas por derecha, pero cuando Messi aparecía todo se iluminaba. A los 17, Enyeama otra vez le ahogó el merecido grito y sobre los 20 Tevez la hizo bárbaro y el "1" le ganó en el "face to face" a Higuaín. Nigeria aprovechó otra vez las dudas de Jonás-Demichelis y el zurdazo de Obasi surcó el área del seguro Romero. La última fue otra jugada preparada criolla, con toque de Messi, devolución de Di María, y salvada del gran arquero africano.

Argentina siguió siendo protagonista estelar en el ST porque Messi estaba encendido, dispuesto desde el minuto cero a ser quien ocupe el trono que dejó vacante su técnico. Apenas iban 3 minutos cuando casi convierte tres gran centro de Verón y sobre los 19 Tevez armó una contra, de cinco argentinos contra tres nigerianos, y La Pulga sacó un esquinado disparo que hizo aún más figura a Enyeama. ¿Alguna más? Claro. Nueva apilada a los 20´, toque para el Pipita y de nuevo el gran arquero. A esa altura, la albiceleste merecía el tercer gol antes del segundo, pero increíblemente Nigeria seguía en partido.

En los 20 finales, los africanos dispararon 4 veces al arco, para fastidio de Maradona, pero esta vez, en el fútbol hubo justicia.